Todas las parejas tienen problemas. Algunos se solucionan con el paso del tiempo, mientras otros tantos se acentúan con la convivencia. Por lo general, aquellos hábitos y costumbres que te resultaban adorables terminan por parecerte insoportables. ¿Te ha ocurrido?
Probablemente, te molesta que habla con su mamá todos los días o que viva al pendiente del trabajo y jamás se relaja. Y aunque puedes tener motivos para enojarte, ¿has escuchado la frase “lo que te choca te checa”?
En pocas palabras, esto quiere decir que estás proyectando en tu pareja lo que te molesta en ti misma. Así, cuando te enojas porque está hablando con su mamá por tercera vez en la semana, tal vez y sólo tal vez, lo que reamente te fastidia es la relación que tienes con tu progenitora.
Sí, suena un poco retorcido y hasta confuso, pero no es más que un mecanismo de defensa psicológico al que recurrimos para no aceptar nuestros propios errores u omisiones.
Desde luego, esto no quiere decir que debas sentirte culpable por todos los problemas que tienes con tu pareja, sino que reconozcas que no eres un ser perfecto, que tienes defectos y virtudes, pero, sobre todo, que nada te da el derecho de juzgar a los demás.
Cada vez que creas perder la paciencia porque tu pareja sólo habla de sí mismo y no muestra el menor interés en saber cómo fue tu día, detente y repite: “lo que me choca me checa”. ¿Existe la posibilidad de que tú eres la ególatra que espera que él centre toda su atención en ti?
Por supuesto, la psique puede ser un mar de confusión y tu método de proyección no sea tan sencillo como el que hemos descrito; sin embargo, admitir que tienes un problema es el primer paso para darle solución.
No lo pienses mucho y considera ir al psicólogo. La intervención de un profesional a tiempo, no sólo te ayudará a enfrentar tus problemas, sino a rescatar tu relación.