Te odio, pero te quiero

Mariesther Martínez Eroza

Mariesther Martínez ErozaNunca va a sobrar hablar del tema de la violencia doméstica. Esa que se dá en la intimidad de una pareja o de un hogar. Por ningún lado que se le vea está justificado lastimar, herir y denostar a alguien que de alguna forma abrió una puerta emocional en una relación, ya que eso nos vuelve más vulnerables aún. Se hiere no sólo el cuerpo, sino la mente y por supuesto el alma.

Todos somos susceptibles de caer en una relación negativa, sin embargo una persona que te lastima y te hiere es alguien sumamente perturbado que tiene pendientes con su propia historia personal. Son personas con grandes carencias emocionales y con temas mentales que no han resuelto. De eso están llenas las terapias, las clínicas y en muchas ocasiones las cárceles. No, no exagero.

El vínculo entre dos personas puede convertirse en una relación de amor odio enfermizo que no se sabe en qué momento inició y no se sabe donde detenerlo. Porque así es la violencia, se va colando como la humedad con palabras, gestos, caricias que se pueden convertir en maldiciones, agresión y golpes. Aquel que te dice tontita, tarado; o que te empuja o abofetea o con la mirada te controla…. Ojo, eso no es Amor. Y en el nombre del “amor” podemos permitir una gran cantidad de actitudes y acciones que van minando nuestra autoestima y nuestra seguridad personal. Relaciones tóxicas que no te construyen, sino al contrario te destruyen. Y quizá sin darte cuenta de tu propia inseguridad, tu estas siendo esa persona.

Reflexiona:

EL CONTROLADOR. Si quieres que tu pareja haga las cosas como tu dices. Que te avise a donde va. O si tienes que mostrar tu celular para que te revisen los mensajes y las llamadas….
EL POSESIVO. Si no te deja tener amigos. Si tiene controladas las visitas a tu familia. Si te pide que canceles tus actividades para estar con él o ella…..
EL SOBERBIO. Si te hace sentir que no sabes nada. Que eres un tonto. Que siempre tiene la razón y siempre tiene que ganar….

EL CHANTAJISTA. Si te amenaza con lastimarse si no obedeces. Si dice que sin ti se va a morir. Si te manipula por todo lo que dice que te ha dado y eres una persona malagradecida. Si ha intentado dañarse si te vas….

OK, quizá es tiempo de tomar terapia y salir corriendo de una relación enfermiza que nadie merece. Ninguno de los dos se construye y el derrumbe está asegurado.

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