Se habla mucho de comunicación asertiva y de cómo hablar de temas de sexualidad con nuestra pareja, pero bien a bien, no siempre nos queda claro esto qué significa, pero –sobretodo– a qué nos referimos con sexualidad. Es decir, de todo el universo que comprende la sexualidad ¿en qué nos tendríamos que enfocar?
Pues bien, te voy a enlistar algunos temas por lo que –sí o sí– sería importante pasar. Ahí te van.
Temas de sexualidad que sí o sí se hablan con la pareja
Hasta dónde. Sí, es importantísimo establecer cuáles van a ser los límites de su relación. Se vale experimentar, pero también será necesario delimitar la experiencia, para que ambos puedan estar en el mismo canal y tener claridad acerca de lo que esperan –o no- en sus encuentros sexuales.
Marcos de referencia. O sea, qué creemos de la sexualidad… todo eso que consideramos “normal” en el sexo. Mi recomendación: dense un espacio para hablar de esto; échense unos mezcales y platiquen de lo que cada uno de ustedes considera “normal”, “bueno” o “saludable”. Si sienten que se atoran en algún punto y no saben cómo salir de ahí, se vale acudir con un especialista.
Áreas de oportunidad. No todo es miel sobre hojuelas cuando estamos con alguien y si no aprendemos a hablar de las cosas que no funcionan para nosotros en el sexo, sólo se hará cada vez más grande el espacio y la inconformidad. De preferencia busca un espacio, que no sea la habitación, para hablar del tema y por supuesto, no se lo digas durante el encuentro sexual… es poco probable que en eso momento pueda tomar de buena manera tu retroalimentación.
Anticoncepción. ¿Cómo se van a cuidad? ¿Qué método se adapta mejor a su estilo de vida? Eso lo deciden ustedes, pero –idealmente- se vale decidirlo en pareja, es responsabilidad de ambos, no sólo de las mujeres. Así que, busquen opciones y vean cuál funciona mejor para ustedes.
Cuántos jugamos o lo que es igual, qué tan abierta o cerrada será su relación. No des el tema por visto ni obvies ningún detalle, cada quien tenemos una forma particular de entender “exclusividad “ o la “fidelidad”, sean honestos y específicos con respecto a lo que esperan de la otra persona y de la relación.
No es personal, pero duele. Sí, a veces no estamos de humor, nos sentimos mal, estamos estresados o simplemente no se nos antoja tener un encuentro; busca formas de decirlo, dejando claro que no tiene que ver con él o con ella, que es un no temporal. Es decir, en este momento no, pero mañana, al rato o el fin de semana sí.
Muéstrale el camino. Así como se vale decir lo que no nos funciona en la cama, también es importante decir y/o mostrar lo que sí. Haz sonidos, díselo directamente, guía sus manos o las tuyas y déjale saber lo que sí te gusta y funciona para ti.
Agenden. Sí, puede que no sea lo más romántico, pero funciona para mantener la llama encendida. Si planeamos una reunión, una cena y mil cosas más que son importantes en nuestro día a día, para que no se nos escapen ni se nos olviden ¿por qué no agendar de menos uno de nuestros encuentros? Démosle la importancia que tiene en nuestra relación… tú decidirás si ese mínimo agendable es una vez al mes, cada quince día o un día sí y un día no… pero atrévete a hacerlo parte de tu agenda.
Date chance de tener estas conversaciones y nota qué sucede cuando tocan estos temas de sexualidad. Cuando te hayas animado, déjame saber cuál fue tu experiencia y qué cambió.