A mi me pasa seguido que al momento de tomar una decisión o decisiones bajo presión, se abren mil ventanas en mi cabeza con varias opciones disponibles, unas malas, otras peores, unas buenas y unas increíbles, el conflicto para mi comienza cuando tengo que decidir qué quiero hacer yo.
Generalmente comienzo con un ¿que debería de hacer? que con el tiempo se ha ido transformando en un un diálogo en mi cabeza en el que me digo algo como: “Bueno que padre que eso es lo que tu crees que se espera de ti o lo que sería dentro de ciertos estándares correcto, sin embargo, lo que tu crees que se espera de ti puede estar muy equivocado porque no lees la mente de las personas entonces podrías estar muy equivocado y por otro lado no hay correcto ni incorrecto, más bien se trata de lo que tu quieres crear en tu vida”. ¿Y a que me refiero con crear? Quiero decir que tu con tus acciones creas todo en tu vida, ejemplo: relaciones, conversaciones en tu cabeza, sueños, ideas, expectativas, reputación; a través de tus acciones vas creando un idea de ti mismo en tu cabeza y en los demás. Ahora el problema es ¿cómo elijo lo que quiero crear? Este paso es complicado porque no es un proceso claro, mínimo no para mi, porque si esta el mecanismo clásico de hacer pros y contras o evaluar la situación racionalmente y de ahí sacar una respuesta pero no es necesariamente la mejor para ti, en mi experiencia las verdaderas decisiones se toman desde la intuición, desde una sensación interna que puede ser poco agradable porque esta puede no ser la respuesta que tu cabeza te dice o la que crees que deberías.
Hay 2 ejemplos que espero me ayuden a explicar esto, tal vez alguna vez le haya pasado que dejen una decisión al destino de un “volado” (lanzar la moneda) y cuando esto ocurre y conocen el resultado hay una sensación interna de que no querían eso o si quieren eso que habían dejado al destino pero es por un milisegundo. El otro ejemplo es cuando conoces a la persona indicada, esa persona que quieres que sea tu pareja, es una sensación que no puedes explicar y no tienes palabras para decir porque quieres conquistarl@; luego le metemos un poco de cabeza y tratamos de explicar eso que sentimos, para eso dedicamos canciones o hacemos poesía pero todo viene de una sensación que te dice que es lo que quieres.
Se que no es una guía exacta ni una seguridad esto que escribo para tomar decisiones pero cuando logramos sentir lo que queremos todo se hace muy claro aunque no lo entendamos, aunque tu cabeza justifique y dé vueltas; en el fondo
sabemos que queremos y si no es solo cuestión de tiempo para que se acomode la sensación.
Roberto Niño de Rivera