Esta última semana, muchas de mis consultas han sido acerca de la eyaculación precoz y qué hacer con ella. En otras ocasiones he escrito sobre lo métodos que te pueden ayudar a controlar tu reflejo eyaculatorio, es decir, el momento en el que te vienes.
Hoy me gustaría hablar del frustrante momento en el que te ocurre, porque igual tienes encuentros sexuales y lo único que haces es reiterarte “lo mal amante que eres”. ¡Basta! Es momento de hacer algo distinto y empezar a disfrutar de tu sexualidad en pareja, porque esa es la que (generalmente) se empieza a ir a pique.
Imaginémonos un escenario común. Conoces a una persona, te gusta, una cosa lleva a la otra y de pronto ya están en el faje…
PASO 1 – Aprende a parar la expectativa.
Es probable que desde el faje empieces a pensar y a agobiarte porque vas a durar poco y le des de comer –en tu cabeza– a todos esos catastróficos escenarios. Para. Sé que se dice más fácil de lo que se hace, pero créeme no es imposible ni tan complicado como crees… el truco está en irte con el pensamiento, no puedes evitar que llegue, pero sí puedes evitar seguirlo y hacerlo cada vez más grande.
PASO 2 – Regresa.
Cuando te caches yéndote, regresa al presente, la forma más sencilla de hacer esto es preguntándote: ¿Qué estoy sintiendo?, ¿qué estoy haciendo?, ¿qué me están y/o estoy tocando? Sé que suenan un tanto absurdas, así que no me creas, pero ponlo en duda y la próxima vez ¡inténtalo! Y me dices qué tal te va.
PASO 3 – Date permiso de fallar.
¡No tienes que ser un súper hombre! Entiendo que te sientes mal y frustrado; probablemente tu pareja también, pero no tiene que ser el fin del mundo necesariamente. Se vale asumir el “fallo” y usarlo a favor. ¿Qué podrías hacer diferente? Empezarte a dar con el chicotito no va a servir de mucho, sólo los dejará más frustrados. Necesitas ser comprensivo contigo mismo, respirar profundo y volverte a aventar al ruedo. No eres más o menos hombre porque dures X o Y tiempo, la hombría no radica en “el tiempo que dure”.
PASO 4 – Que no se acabe al fiesta.
¡Esta es vital! Muchos hombres en cuanto tienen una eyaculación rápida, entran en el ciclo vicioso de castigarse, regañarse y tratarse mal; deshacerse en disculpas y justificaciones. No hay nada que disculpar ni tendrían por que justificarse, la sexualidad no va únicamente de esto; atrévete a continuar, a seguir explorando y gozando. No necesitas una erección para disfrutar.
Por eso bien dicen por ahí que cuando la fuerza mengua, para eso está la lengua… y las manos, los pies, los juguetes, la imaginación, etc.
De verdad, una de las quejas principales de mis pacientes cuando tienen una pareja con este tema es que todo se termine de buenas a primeras, que ya no siga la fiesta y que caiga un halo de obscuridad y decrepitud que se vuelve incómoda y complicada de manejar. En realidad el tema no es lo mucho o poco que dures, sino lo que haces con eso y la actitud que tomas frente al evento. Neta hay muchas personas a las que no les importa, siempre y cuando, el encuentro continúe.
PASO 5 – Pide ayuda.
No necesitas poder solo, se vale buscar ayuda profesional. Existimos gente que te podemos apoyar a ver qué te está sucediendo y a sí tener la vida que quieres.
Si te sientes identificado con esto, házmelo saber. Prueba lo que te digo y cuéntame qué tal te funcionó. Y si te ha tocado estar del otro lado, apóyalo diciéndole que otras cosas podrían hacer y lo mucho que te gusta estar con él; también se vale decirle cómo te sientes y pedir ayuda juntos. Al final, si están en pareja, es tema de dos.