Todos tenemos un niño interior, aún si ya llevamos unos años de experiencia siendo adultos. Nuestro niño interior se forma fundamentalmente a partir de las experiencias, tanto positivas como negativas, que tenemos durante los primeros años de la infancia. Por lo tanto, nos muestra nuestras heridas y carencias de cuando fuimos niños, pero también nos conecta con el disfrute, el juego y la capacidad de sorprendernos, entre otras cosas.
Siendo adultos, podemos ver que nuestro niño interno se comunica con nosotros, y usualmente, como cualquier niño, lo hace mediante los berrinches, que dependiendo de cómo somos, se ven de manera distinta.
Para algunos nuestro berrinche es muy notorio, se nos nota que estamos haciendo coraje y nos podemos poner en actitud desafiante, para otros, el berrinche es un poco más discreto, se puede ver como alguien silencioso y que se encierra en su propio mundo porque “no necesita de nadie”. Pero en ambos casos, es claro que se está en berrinche porque se siente y se ve similar a las respuestas que teníamos cuando éramos niños y nos costaba trabajo explicarnos y cubrir nuestras necesidades.
Todos los adultos en algún momento de nuestras vidas hacemos berrinche, y es aquí donde nuestro niño interior nos está queriendo comunicar alguna de estas cosas:
- Aquí algo duele: probablemente ocurrió algo en el entorno o en nuestra relación con alguien y de repente nos ponemos berrinchudos. Si es así, es probable que algo en la interacción nos haya “picado” esa o esas heridas de la infancia, y por eso reaccionamos como cuando éramos niños.
- Te muestra cosas que necesitas, desde fisiológicas hasta emocionales: puede ser que literal tengas hambre y entonces te pones un poco insoportable, o quizás tu niño te está apoyando a que te des cuenta de que tienes una necesidad no cubierta, por ejemplo, un apapacho, reconocimiento, o cualquier cosa que no hayas estado notando.
- Te muestra las cosas que te hicieron falta de pequeño: quizás notas que tu berrinche aparece ante cierto tipo de circunstancias (no poder comprarte algo porque tienes que ser adulto responsable y pagar la renta). Puedes usar esta información para observar que quizás llevas mucho rato restringiéndote, o quizás te muestran que hoy necesitas estar más conectado/a con tus papás porque los extrañas, aún teniendo 67 años.
Como sea, el niño está presente en ti, no para molestarte, sino para enseñarte cosas. Así que te dejo las siguientes sugerencias para que la próxima vez que te caches que estás haciendo berrinche, puedas usar a tu niño interno a favor.
- Observar qué estás sintiendo debajo del berrinche: tal vez algo duele o algo te hace falta.
- Hazte cargo de cubrir tu necesidad: si necesitas reconocimiento, pídelo, si quieres un helado, cómpratelo…
- Ten paciencia, compasión contigo y abraza una almohada, un peluche… o a tu gato: esta es una de las formas más rápidas y efectivas de contener y cuidar a tu niño interior
- Ya que estás abrazando tu lo que sea, nota que tienes los recursos para contenerte y hablarle a tu niño interior cómo te hubiera gustado lo hubieran hecho.
- Haz las cosas que de niño te hubiera gustado que hicieran contigo.
Nos leemos en la próxima.
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