Todo turista sabe que uno de sus peores enemigos durante un viaje son las lluvias. El cielo se nubla y a donde quiera uno ir, se tiene que estar refugiado constantemente del agua para no terminar las vacaciones con una incómoda y paralizante gripa.
Por eso, es bueno conocer algunas alternativas en la ciudad, en caso de que pasar el día a la intemperie no sea la mejor opción. En esta ocasión les daré una excelente propuesta de cómo pasar un día lluvioso en la extraordinaria capital japonesa.
Aunque la mejor manera de conocer la ciudad es a través de una caminata entre sus calles, Tokio nos ofrece una forma espectacular de conocer la cultura japonesa milenaria sin que se nos esponje el cabello.
A sólo unos pasos de la estación de metro Ueno, en el centro de la ciudad, se encuentra un parque público del mismo nombre. El parque formaba parte del Templo Kaneiji, que solía ser uno de los más grandes y ricos durante el periodo Edo y estaba situado al noreste de la capital para proteger a la ciudad del mal.
Probablemente se preguntarán cómo es que un parque forma parte de la recomendación en un día de lluvias. Pues bien, además de su gran extensión y belleza natural, Ueno ha ganado fama gracias a la cantidad de museos que alberga. Entre los más relevantes están el Museo Nacional de Tokio, el Museo Nacional de Arte Occidental, el Museo Metropolitano de Arte de Tokio y el Museo Nacional de Ciencia. Además, el parque es también el hogar del primer zoológico de Japón.
Mi recomendación es iniciar con el Museo Nacional de Tokio, que fue fundado en 1872 y representa el museo más grande y más antiguo de Japón. Como parte de su colección permanente se pueden apreciar más de 100 mil objetos entre los cuales se distinguen más de 80 que pertenecen al Tesoro Nacional Japonés, y más de 600 clasificados como Propiedad Cultural de Importancia. Además cuenta con exposiciones especiales temporales.
Recorrer las cinco galerías que componen el museo puede tomar varias horas. Por lo que es recomendable administrar el tiempo que se pasa en cada una, en caso de querer ver más museos. Por su tamaño, es bueno comenzar el día aquí, pero también porque las piezas ofrecen un contexto histórico de la cultura nacional más antigua.
El Museo Metropolitano de Arte de Tokio es mucho más pequeño y representa una excelente opción para conocer algo del arte contemporáneo japonés. Sus exhibiciones se dividen en dos partes, por un lado puede verse el trabajo de artistas nacionales como pinturas al óleo, esculturas y diseños gráficos. Y en la otra hay muestras especiales en colaboración con compañías de televisión y periódicos.
Entre un museo y otro las horas pasarán casi sin notarlo. Para aquéllos con suerte la lluvia habrá cesado. La cereza del pastel de este recorrido es salir a pasear por los jardines del parque Ueno, que durante los meses de marzo y abril se convierten en el mejor escenario para disfrutar del espectáculo que ofrecen los más de mil cerezos japoneses plantados aquí.