Una nueva forma de convivir

Georgette Rivera

Hace dos días tomé un vuelo de regreso a CDMX en el que pude observar varios escenarios, primero el hecho de que habremos de acostumbrarnos a una nueva forma de convivencia entre los seres humanos, y ¿a qué me refiero con esto? ni antes ni después de la pandemia se ha escrito algún manual de comportamiento, es decir, todos vamos a tener que reaprender a salir a la calle durante un tiempo con las medidas que ya conocemos, por lo que al quejarse de ello sólo hará el proceso más difícil para quien esté en contra o no quiera acatar estas reglas; sin embargo, quiero contarte sobre esos escenarios que vi y fueron de mucho aprendizaje.

Georgette Rivera

Los que no aprendieron nada

Personas queriendo pasar primero, sentándose en los asientos de las salas de espera que no estaban habilitados para ello, quitándose el cubrebocas y dejándolo debajo de la nariz, con actitud hostil de pocos amigos, y entre estos hay otro grupo, esos que con solo verlos de lejos empiezan a rociarse alcohol y, si te acercas un poco, son capaces de rociártelo a ti también, creen que con solo estar cerca de alguien se van a contagiar, y eso se llama miedo, por lo que si se encuentran en esta vibración es mejor que no salgan o van a ser vulnerables a que se les pegue un dolor de cabeza, con esto te quiero decir que se está en el extremo y eso no está nada bien y baja tus defensas

Los que están en medio

Aquellos que tienen comportamientos que se mueven en las polaridades; es decir, se enojan porque tienen que hacer filas para entrar al aeropuerto, para documentarse, para abordar, pero sí pueden esperar más de 15 o 20 minutos para comprar un café y no dicen nada. Son los que no quieren regresar a trabajar pero se enojan si les dicen que les van a pagar solamente la parte proporcional, se deprimen por la situación a nivel mundial, pero en casa no han sido capaces de ayudar en las tareas o bien de hacer cambios en su actitud frente a los demás.

A los que les sirvió y actúan positivamente

Éste es un número reducido de personas, y quienes están en esta actitud son tolerantes, aceptan las disposiciones sin querer imponer su opinión, permanecen en silencio, no quieren llamar la atención, saben esperar y no muestran molestia alguna, son capaces de ser empáticos y receptivos a cualquier cosa que surja. Estos seres no están pensando en ellos, son conscientes de que forman parte de una masa crítica de individuos que están viviendo una situación un tanto incómoda y que ser reactivos no les va a garantizar que se lleve a efecto un cambio positivo; por el contrario, prefieren ser parte de la solución y no del problema, por lo que al actuar de esa manera ellos mismos despejan sus caminos y todo les sale bien.

No es solo la visita a un aeropuerto, es la visita a cualquier lugar donde hay protocolos y normas y también donde no los hay, recuerda que la prudencia debe de caber en alguien y si no cabe en los demás, que quepa en ti.

Bendecida semana

Georgette Rivera 

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