Y tú… ¿Alumbras o decoras con tu energía?

Mariesther Martínez Eroza

   

Todos sabemos que cada ser humano es energía pura contenida en un cuerpo que la proyecta. Proyectamos esta energía a través de nuestros pensamientos, nuestras palabras y por supuesto, nuestras acciones.

Hoy, vamos a hablar de los pensamientos: Si tuviésemos una cámara que pudiera retratar la energía de una forma clara y nítida, nos daríamos cuenta de que, cada vez que una persona tiene una idea, o toma una gran decisión, ésta energía se proyecta como un rayo de luz hacia todos lados.

Si nosotros tomamos esa energía y la dirigimos hacia nuestra meta, estaremos usando recursos únicos como nuestra intención, nuestro entusiasmo y una fuerza interior potente que atrae hacia nosotros los canales y los apoyos para lograr eso que deseamos. No necesitamos ser seres especiales para contar con esa energía. Todos la tenemos, sin embargo, esa energía al llegar a nosotros pasa por un filtro que desafortunadamente la diluye y le quita calidad.

Cuando tenemos una gran idea, aparecen inmediatamente todos los fantasmas que habitan en nuestra mente: dudas, temores, inseguridad, negativismo, creencias limitantes y un repertorio de saboteadores que hacen que nuestra gran idea se convierta en un sueño guajiro.

El ejemplo que se me ocurre es lo que pasa en la ciudad de México cuando salen de las presas todos los litros de agua para surtir a las ciudades. El agua entra en las tuberías, las cuales tienen fracturas, fisuras y se escapa más de la mitad del agua que sale de la fuente, por lo tanto la cantidad de agua que llega es mínima.

Eso mismo pasa con tus ideas: entre el “no voy a poder”, “que lo hagan otros”, “no hay dinero”, “más vale malo por conocido”, “no me va a pelar”, etc., etc., nuestros resultados son muy pobres comparados con lo que realmente podemos lograr.

Nuestra mente envía un rayo de luz potente, como esos faros que anuncian la inauguración de un negocio o una venta especial. Esos que vemos reflejados en el cielo, esos que alumbran y producen un calor extremo. ¿Pero qué pasa si ese rayo choca con esas esferas de espejitos que adornan los antros? Si, esas que están ahí girando, no alumbran, no calientan; solo dan vueltas y adornan. Sucede que una gran energía se rompe en lucecitas y no pasa nada.

No te pido que tengas ideas, porque yo sé que tienes muchas. Necesitamos limpiar nuestro filtro con amor, con seguridad, meditando, orando, confiando. Tú decides como, pero limpia tu filtro. Tus ideas, tu entusiasmo y energía hacen falta para hacer de éste un Mundo Mejor.

La gente que decide potenciar esa luz es aquella que está haciendo los verdaderos cambios. Es quien corre los riesgos y sale de su zona de confort para dejar huella en esta vida. Es quien enfrenta el rechazo, el ridículo y la crítica con gran valentía para seguir un sueño.

 

Y tú… ¿Alumbras o sólo decoras?

 

 

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