14 de Febrero ¿Un día como cualquier otro?


Amanda

La noche era perfecta, dentro de poco vería a su amado quien probablemente tendría planeada una noche muy especial. No podía esperar más, se imaginaba que él llegaba con un ramo de flores inmenso y algún regalo extra, la llevaba de la mano bajo la luz de la luna al coche, le abría la puerta y juntos irían a un restaurante lujoso a cenar una deliciosa cena, probablemente después platicarían un rato y al momento de regresar la llevaría a un hotel donde pasarían la noche apasionadamente. Cuantos años había anhelado esta noche, viendo como las demás parejas se divertían sin poder hacer nada, llorando amargamente en su casa por la soledad que sentía de no tener alguien con quien compartir esta fecha, pero hoy era diferente, había conocido a Diego y estaban muy enamorados, se acabó el tener que sufrir en solitario un día tan significativo del año. Viendo la hora del reloj se dio cuenta de que Diego venía tarde, no pudo evitar preguntarse si eso no afectaría los tiempos de su noche, en ese momento como convocado por su anhelo Diego toco el timbre y ella caminó hacia la puerta, el sonido de los tacones hacía eco en el pasillo y los tonos de su vestido cambiaban mientras pasaba las diferentes luces hasta la puerta, antes de abrir revisó su atuendo para que todo estuviera en orden y abrió la puerta, lo que había del otro lado de la puerta fue algo que la sorprendió como nunca antes en su vida….

 

Diego

Ese día en particular se le hacía bastante tarde a Diego, toda la mañana estuvo con unos clientes explicándoles los beneficios de contratar una empresa que maneje las redes sociales, le parecía increíble que en pleno siglo XXI la gente siguiera sin tener fe en las redes. Le habría encantado tener esta compañía en particular antes de que fuera 14 de febrero, a final de cuentas era uno de los días del año en el cual se podía vender más, pero los clientes no se habían convencido hasta el día de hoy y las ideas que había tenido para las redes sociales se habían perdido, siempre existía el próximo año para hacer algo al respecto. Le daba mucha risa la gente que se tomaba en serio este tipo de días, a final de cuentas eran fechas creadas para lo mismo a lo que él se dedicaba, la mercadotecnia, y realmente funcionaba, entre febrero y mayo la mayoría de las florerías podían vivir el resto del año con sus ventas, y todo porque a alguna persona se le ocurrió que eran buenas fechas para festejar el amor o a mamá. Es una lástima que el día del padre no pegara tanto como estas otras fechas, sin embargo siempre quedaba la navidad y empezar a vender desde meses antes. No podía creer su suerte al encontrar a Amanda, una mujer culta que no caía en estos trucos de la mercadotecnia, moría por llegar a su casa para ver unas películas y evitar la locura que era provocada en la ciudad por ser 14 de febrero. Estacionó el coche y se aproximó a la puerta. Como siempre, traía Jeans y una camisa. Sus zapatos tenis no hacían ruido mientras daba pasos hacia la puerta y tocaba el timbre…

Antes de casarme solía tener muchos problemas para ligar y mantener una relación, más o menos pase 8 años sin tener una novia formal, en ese proceso aprendí mucho y crecí, sin embargo odiaba de la forma más profunda el mes de febrero. ¿Y cómo no hacerlo? Es un constante recordatorio de lo solo que estás, de que el amor es lo máximo y de que eres un fracaso si no tienes pareja (o al menos yo así lo entendía todos los años), lo interesante es que hoy sólo es un pretexto para abrir una botella de vino con mi esposa y brindar, cabe mencionar que pretextos para abrir una botella de vino no nos faltan, entonces ¿qué era lo que pasaba que me afectaba tanto el día del amor y la amistad cuando estaba soltero?

 

Es interesante cómo transformamos estas fechas del año en eventos significativos que nos pueden hacer sentir mal e incluso entrar en problemas con nuestra pareja, todo debido a la expectativa que ponemos sobre ellas. Muchas veces le ponemos importancia a una fecha que nuestra pareja no tiene idea que es importante, y ojalá las cosas terminaran ahí, ¿Cuántas cosas más queremos que nuestra pareja ni siquiera está enterada?, lo importante aquí no es “no tener expectativas” sino más bien reconocerlas y hacerte cargo de comunicarlas, hablar de lo que esperas y lo que quieres podrá hacer que tu pareja sepa que necesitas algo, y si está en sus manos, dártelo.

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