En general, las personas nos vinculamos más con las cosas negativas que hacemos (o nos dicen) que con las positivas. Incluso, nuestro sistema educativo está diseñado más con castigos que con premios y en la vida adulta eso no cambia; yo nunca he recibido una carta de reconocimiento del SAT por pagar a tiempo mis impuestos, pero si me retraso…
Por eso he decidido compartir estos sencillos pasos, para poder comenzar a vincularnos más con nuestras cualidades.
1.- Paciencia: Si vives en el siglo 21, probablemente no estés familiarizado con este concepto. Vivimos en una época de resultados rápidos, comida rápida, descargas rápidas, incluso hoy en día existen los divorcios express. Sé que es difícil asumir que ciertas cosas tienen su tiempo y su ritmo, pero como dice el dicho: vísteme despacio que llevo prisa. Esta es una de las cosas que si haces con prisa, seguro no te va a salir.
2.- Autocompasión: Si observas tu historia con ojos amorosos, te darás cuenta que el hecho de que te cueste trabajo ver tus cualidades es parte del mundo en el que vives; es natural que no sepas cómo, nadie te enseñó. Si tienes dudas acerca de cómo ser autocompasivo, revisa mi columna de este tema, sólo quiero que tengas presente que si te tratas con amor, avanzarás mucho más rápido que si te maltratas.
3.-Haz las pases contigo: La parte de ti que sólo ve tus defectos tiene una función, igual que el resto de tus partes. No tiene sentido pelearte con algo que: 1) no se va a ir y 2) es de gran utilidad. No esperes que esa parte de ti se calle para poder ver tus virtudes. Por ilógico que te suene, puedes tener ambas sensaciones dentro de ti: ver lo que haces mal y ver lo que haces bien (De hecho, cuando estas partes de ti se hacen amigas, creces bastante).
4.- Atención: Aunque no lo creas, esta es una de las herramientas más poderosas que tienes dentro de ti. Más de uno de mis paciente se sorprende cuando sus vidas cambian con un “simple” (nótense las comillas, no es nada simple) cambio de atención. Una parte de nuestra atención es automática y no es controlable; querer que esa parte vea lo que quieres, es una pérdida de tiempo. Pero, otra parte de tu atención es totalmente controlada por ti y tú decides qué ve; mejor pon esa energía en que esa parte de tu atención, vea lo que hoy quieres ver.
5.- Dale peso a lo simple: Probablemente, cuando te caes por no amarrarte las agujetas te digas tonto (en el más amoroso de los casos y sólo por no decir groserías). Entonces, ¿por qué no cada día que pasas sin caerte, te lo reconoces? Sí, para que algo sea digno de reconocerte necesita ser una acción épica, pero te insultas con cualquier cosa ¿Cuándo vas a lograr balancear las cosas? Puedes tratarte suave cuando te caigas o reconocerte cada día que no te caes (lo ideal sería que hicieras ambas).
Me gustaría dejarles de tarea esta semana que diario (todas las noches) escriban en un papel al menos 5 cosas que hicieron bien ese día: desde amarrarse bien las agujetas hasta ser amorosos con sus hijos. Recuerda que no tiene que ser algo épico para ser algo que haces bien.
Te recomiendo que te esfuerces y no todos los días pongas “me amarre bien las agujetas”, no porque no sea algo digno de mirar, si no para que puedas ver todas las demás cosas que haces bien. Si quieres saber cómo usar esa poderosa herramienta, llamada atención, no te pierdas mi siguiente columna.