Ya sea por la orientación de la casa o edificio, las construcciones alredor o la falta de ventanas, muchas personas tienen que lidiar con la falta de luz natural, cosa que convierte los espacios más cómodos en criptas de ultratumba, y todo por una mala iluminación en tu casa.
Para solucionarlo, recurren a la pintura blanca y decoraciones que al conjugarse con la luz artificial de la habitación provocan fuertes dolores de cabeza y molestias en los ojos.
Para tener una buena iluminación en tu casa no basta con colocar bombillas de alto voltaje en los techos de todos los cuartos, pues hasta la ubicación exacta del foco influirá en la intensidad con la que percibas la luz.
Si a estas alturas ya te duele la cabeza de tan sólo pensar qué vas a hacer con la iluminación en tu casa, no te preocupes. Aquí te dejamos unas ideas que te pueden ayudar:
- Evita las paredes blancas. Aunque los colores claros en las paredes ayudan a crear un ambiente más luminoso, debes evitar el blanco para que la iluminación no deslumbre. Elige mejor tonos beige o hueso.
- Tipo de iluminación. Antes de colocar bombillas, debes pensar qué tipo de iluminación en tu casa quieres colocar en la habitación. Ésta puede ser decorativa o de atmósfera. La primera se utiliza para resaltar algún objeto, como un cuadro o escultura; mientras que la iluminación de atmósfera es la que se propaga en el ambiente de forma general, ya sea por una lámpara o candil colgante.
- Interruptores. En vez de que sólo enciendan y apagan, elige interruptores que te permitan regular la intensidad de la iluminación en tu casa, dependiendo de la habitación y circunstancia. No necesitas la misma intensidad de luz para comer que para leer o trabajar en la computadora.
- Multiplica los puntos de luz. Para suavizar el ambiente y crear una sensación de calidez y amplitud coloca varios puntos de luz en tu sala y comedor. Usar sólo un foco en el techo establece una iluminación muy agresiva. Lo ideal es sumarle lámparas empotradas en la pared e iluminar los rincones de la habitación.
- Focos. Aunque quieras ahorrar, procura que tus focos no sean de menos de 40 watts pues podrías lastimarte la vista y ocasionarte dolores de cabeza o migrañas. Puedes recurrir a los focos ahorradores o tubos fluorescentes.
- Fija las lámparas. Evita colocar lámparas de noche en las habitaciones de los niños, ya que son muy inestables. La mejor opción es que los puntos de iluminación estén fijos a las paredes o techo.
- Seguridad. Asegúrate de que los pasillos, escaleras y zonas de paso reciban suficiente luz y que los interruptores estén a la mano.
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