Por qué no sabemos aceptar ayuda

Amilcar Valdés

Amilcar ValdésHace unas horas tuve una junta con una persona que admiro muchísimo; esas personas que sabes que si le echas ganas y vives mucho, puedes llegar a ser como ellos. Estar con ella, para mi, es una fiesta de emociones y sensaciones; por un lado, siento admiración, aprendo mucho, disfruto y escucho y por el otro lado –sobretodo- recargo mis pilas de fe en el mundo.

El café fue muy enriquecedor, como siempre lo es hablar con ella, pero no me quedé cómodo -como suelo hacerlo- después de estar con mi amiga. Sentía que algo se había quedado entre mi cabeza y mi corazón punzando… inconscienmente traté de ignorarlo, pero como todo lo que ignoras, se volvió más fuerte cuando intenté dormir. Resultado: impedirme conciliar el sueño.

Repasando mi día, noté que una parte de mí ya se siente cómodo recibiendo su consejo y su tiempo, a pesar de que fue muchísimo, auténticamente no sentí que le pesara ni que le robara el tiempo. Tomé nota de todos sus consejos y una parte de mi, sabe que esos momentos son nutritivos para ambas partes. Sin embargo, hoy, hubo algo más; algo que no sé cómo acomodar y que me impide dormir.

Amo como la vida me desinfla la soberbia con cachetadas sutiles. Yo pensé que ya tenía muy acomodado el sentirme valioso por quién soy y el poder recibir el amor y apoyo de otras personas; si bien no siempre poder sentir que lo merezco, al menos sí poder pensarlo y verlo. Hoy, fue todo lo contrario; me ofreció una ayuda que más tardó en ofrecerla que yo en descartarla por completo. Obviamente -como siempre- mi mente la enterró con mil pretextos y justificaciones válidas de cómo no puede ser viable esa ayuda, pero ahora que intento dormir, mi corazoncito duele y puedo ver que lo que pasa es que no siento merecer esa ayuda.

Muchas veces, esperamos sentirnos valiosos para poder actuar siendo valiosos y ese camino muchas veces no es el mejor. Sé que si quiero sentirme merecedor de esa ayuda debo respetar que me la ofrecen por que la merezco y tomarla con todo y lo incómodo que puede ser recibir un gran apoyo.

Hoy quiero dejarte a ti un par de tareas y las voy a hacer junto contigo. Primero, me gustaría que busques dónde tu mente te ha puesto pretextos y justificaciones para no tomar apoyo real (quizás pediste 100 pesos y te ofrecieron un trabajo de mil; quizás te quieren hacer un regalo que no tomas por “orgullo”, cuando -en realidad- sientes que no lo mereces) y te atrevas a tomar eso que te dan y honrarlo haciendo algo lindo y haciéndolo crecer.

Segundo, me gustaría que pienses en alguien que le has ofrecido ayuda y no la ha tomado; acércate a esta persona e inspíralo para que tome tu apoyo, conéctate y comparte lo lindo que va a ser para ti, el poder apoyar a alguien que te importa.

Si tienes curiosidad de saber cómo me fue con la tarea no dudes en escribirme o compartirme cómo te fue a ti.

Gracias

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