Pedagoga Alicia Rábago
Maestría en Ciencia de la Orientación Familiar, Master en Psicología Infantil,
Master en Inteligencia Emocional y Master en Coaching Educativo
Últimamente ha sonado mucho el término de “alfabetismo emocional” y es concepto que aparece para darnos explicación a ciertas situaciones que acontecen a nuestro alrededor, pero a veces es preocupante ya que muchos de estos conceptos los empezamos a utilizar de manera cotidiana sin ni siquiera darnos cuenta de la profundidad de los mismos.
Creo que el termino “analfabeto” todos lo hemos escuchado, pero para dejar más claro el tema, comparto lo que me parece el significado más claro de la palabra, -Latapí y Castillo dicen que: “un analfabeto es una persona que no puede leer ni escribir, una expresión simple y su desarrollo socioeconómico es seriamente limitado”, sé es analfabeta en la mayoría de los casos por falta de
recursos y oportunidades educativas no por opción propia.
¿Y entonces, qué es un analfabeta emocional? es una persona que “es incapaz de saber expresar, aceptar, manejar y controlar las emociones o sentimientos.
¿Y por qué hablamos de adolescentes analfabetas emocionales?
Los adolescentes están en una edad con muchos cambios: físicos, sociales, psicológicos y emocionales y si a eso le sumamos el confinamiento pues estamos hablando de adolescentes a los que hay que enseñarles a trabajar mucho más en su autoconocimiento y autocontrol.
Adolescentes a los que les toco estar durante un buen tiempo sin compartir con su grupo de pares charlas, momentos, emociones y mucho más, aunque la conexión ayuda nunca será como un cara a cara, el vivir la experiencia y sentirla.
Los adolescentes, en su construcción, pueden llegar a ser muy egocéntricos y ahora después de un largo confinamiento pueden “en si mismarse” mucho y puede que les este constando mucho trabajo socializar nuevamente, todo lleva su tiempo y hay que ayudar.
Para saber como se es un “analfabeta emocional” imagina estar con alguien que es incapaz de entender o manejar sus emociones, por supuesto no comprende las de los demás, es duro en sus comentarios que pueden ponerlo en situaciones sensibles, suelen no ser empáticos y para ellos es imposible comprender realidades ajenas a las suyas.
Todo esto se ve reflejado en sus habilidades sociales, falta de sensibilidad, asertividad y les cuesta mucho generar lazos significativos porque en la mayoría de los casos se mueven por un interés personal.
Lo que puede suceder es que a veces todo esto lo justifiquemos diciendo que es la edad pero el analfabetismo emocional se puede presentar en cualquier persona, por la forma en que nos educaron, una crianza represiva en donde el “control” de los sentimientos es mucho más importante que el aprender a manejarlos, es decir evitando emociones, no reconociendo lo que esas emociones nos despiertan y aprender a saber que hacer con ello, por carencias afectivas, secuelas de éstres postraumatico.
Hoy vemos reflejado en generaciones de jóvenes la dificultad que hay para expresar lo que sienten, pero más a respertar lo que otros piensan, sienten y opinan, generaciones que necesitan -emojis- que los ayudan a comunicar todo aquello que han sentido y que les cuesta trabajo comunicar.
Más que nunca, hay que acercarnos a esos jóvenes que si tienen deseos de escuchar pero a veces no saben como trasmitir todo aquello que sienten, por decirlo de alguna manera “empezar por el principio”, de nada nos sirve tener mucho conocimiento si no sabemos ni expresar lo que estamos sintiendo, hoy
nos toca primero aprender para luego compartir que estar en paz, tranquilo, afrontar y vivir todas las emociones que se presenten es sano para aprender a darles una salida, más que nunca nos toca alfabetizarnos para transmitirlo y darle herramientas a esos niños y jóvenes para entender que conocerse en todas sus facetas los fortalece y les ayuda a seguir.
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