En estas épocas donde ya nadie discute la necesidad de ser políticamente correcto en la mayoría de los ámbitos de la vida, en cuanto a identidad sexual, gustos, aficiones y preferencias políticas, es imposible que dejemos fuera al manejo de la salud y la enfermedad y más, en cuanto a la salud mental.
Estamos muy acostumbrados a hablar con corrección sobre la pandemia más importante de los últimos 50 años: el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH). Nadie, pero nadie, usa ahora el término “sidoso”, nos referimos a las personas que viven con el VIH.
Y es que no es una cuestión de semántica, es algo que va más allá de las palabras, tiene que ver con los significados y las conductas que nos llevan como consecuencia nuestros pensamientos y palabras.
Dr. Edilberto Peña de León