Conocemos a alguien así:
- Enamorado de los deportes extremos pero no sólo de uno, sino que ha probado cuatro o cinco.
- Inestable en su historia académica o laboral, no soporta estar mucho tiempo en un mismo empleo y para nada soportan los escritorios.
- Es difícil que encuentren una pareja fija, son demasiado “ojo alegre”.
- Conocen casi todos los programas de ejercicio: spinning, crossfit, 54D, 8W, pilates, body jump, etc. Les cuesta demasiado hacer rutinas de ejercicio.
- En su historial han cambiado varias de veces de moda: rockero, hippie, hípster, darketo, etc.
- En cuanto a gustos musicales, han pasado por todos, pero de forma intensa en su tiempo: trova en el sapo cancionero, metaleros pesados, conocedores del bolero y maestros de la música dance.
Estas personas portan un rasgo predominante de su personalidad que se conoce como “Búsqueda de la Novedad” o “Novelty Seeking” en inglés. Son amantes de la adrenalina, poco constantes, se aburren con facilidad, pero son increíblemente entregados en la última actualidad que descubren y que quieren explorar a fondo y casi con frecuencia diaria. Este rasgo de personalidad se asocia a otros cuatro: poca evitación del peligro, alta extroversión y apertura a las experiencias y menos conciencia de las situaciones. Definitivamente nunca será un desperdicio conocer a alguien así, nos hará pasar el par de semanas más divertida de los últimos años. El problema viene cuando pasan estos 15 días y comienza la rutina y las situaciones aburridas. Se les pierde el sentido de trascendencia de vida en esos momentos y vuelven a sentirse vivos cuando encuentran otra situación que los llama hacia la novedad.
Se tiene una base neurobiológica para esta condición. Se han encontrado alteraciones en el cromosoma 11 que codifica para un gen responsable del receptor DR4 de dopamina. Este neurotransmisor es el responsable de que sintamos placer y satisfacción dentro de las áreas más primitivas de mi sistema emocional, el sistema límbico del cerebro.
Como casi todo en el tema de la conducta, nacemos con la facilidad para la búsqueda de la innovación, esto nos lleva a tener modificada la señalización dopaminérgica y si no encontramos normas rígidas y precursoras de la constancia en nuestra infancia; se cocina perfectamente a un adulto con este rasgo predominante es la vida. Como ya lo mencionamos, nunca aburridos, pero nada persistentes.