Es inevitable, en algún momento, todos los niños sienten celos entre hermanos. Los mayores suelen creer que han sido desplazados y que sus padres han dejado de quererlos; mientras que los pequeños de la familia envidian las habilidades de sus hermanos mayores y quisieran ser capaces de hacer todo lo que ellos hacen.
Aunque solemos restarles importancia a los celos entre hermanos, debes saber que no es un juego de niños. Si tus hijos no aprenden a controlar sus emociones, podrían mantener una relación de odio y resentimiento por el resto de sus vidas.
Debes tener presente que, al nacer, todos somos completamente dependientes de nuestros padres, o el adulto a cargo. Esta dependencia es física y emocional, por lo que necesitamos su presencia y apoyo incondicional.
Cuando se presenta algún cambio que reduce el tiempo, cariño y dedicación de los padres, surgen los celos. Aunque a ti te parezca absurdo, los niños sienten la necesidad de competir por tu atención y afecto.
Vale la pena mencionar que los celos infantiles no son emociones pasivas. Los niños tienden a adoptar conductas agresivas, por lo que no es raro que peguen, muerdan, pellizquen o pateen a su rival en amores: su hermano. Aunque también se dan casos en los que los pequeños también agreden a los padres para reclamar su atención.
Celos entre hermanos, cómo manejarlos
Empatía
En primer lugar, deberás entender qué es lo que está provocando sus celos. Es importante que trabajes la empatía y no sólo identifiques la causa, sino que intentes ponerte en su lugar. Cuando comprendas cómo se siente, encontrarás muchas opciones para anular sus emociones negativas.
Explícale
Será necesario que le expliques a tu hijo, que el bebé requiere muchas atenciones y cuidados, pero que sólo será por un tiempo. En cuanto crezca, podrán jugar juntos. Si tu hijo pequeño está celoso de su hermano mayor, deberás dejarle claro que debe tener calma y que antes de lo que imagina podrá hacer las mismas cosas.
Agresividad
Los celos entre hermanos son una oportunidad perfecta para ayudarlos a trabajar su inteligencia emocional. Deberán aprender a expresar lo que sienten de una forma adecuada y canalizar sus emociones. Recuérdales que la agresividad nunca es la respuesta a los problemas.
Atención
Es imprescindible que le prestes atención a tu hijo cuando te esté contando su última aventura, lo que aprendió en la escuela o la caricatura que tanto le gusta. Para ti podrán ser trivialidades, pero para él son temas de suma importancia. También es importante que todos los días dediques un tiempo para jugar o hacer la actividad que tu hijo elija.
Compensaciones
Por muy mal que te sientas por no dedicarle el tiempo que quisieras, jamás intentes compensarlo con juguetes, dulces o regalos, pues estarás reafirmando un comportamiento negativo.
Comparaciones
Un error común entre los padres es comparar a los hijos entre sí. Frases como “¿por qué no puedes ser como tu hermano? O ¿Deberías aprender de tu hermano? Sólo reforzarán los celos y resentimiento entre tus hijos.
Ocasiones especiales
Debes respetar los cumpleaños y ocasiones especiales de cada niño. No importa que uno de ellos se sienta mal por no recibir regalos en el cumpleaños de su hermano, jamás intentes compensarlo.
Lo más importante es que ambos aprendan a quererse y respetarse. Nunca los fuerces a convivir y compartir sus cosas, pues podrías ocasionar mayores resentimientos. Todo debe fluir de forma natural.
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