Sí, debe quedarnos muy claro, que una cosa es un favor y otra muy, pero muy diferente el encaje, ése que por debajo de la mesa se convierte de poco en poco en una obligación, desapareciendo tu buena fe de ayudar o apoyar a alguien para convertirse en una pesada carga.
La empatía
Ponerse en los zapatos del otro, denota sensibilidad por parte de quien la practica, aunque cuando se hace sin límites, puede llevar a abusos de confianza por parte de personas abusivas o sin escrúpulos.
Y no, no se trata de que pierdas tu fe en la humanidad, si no justamente en que sumes poder a tus emociones, ofreciéndoles el balance correspondiente con una inteligencia emocional donde la manipulación de terceros no tenga lugar.
La inteligencia emocional
Saber manejar, comprender, seleccionar y trabajar tus emociones y las de los demás, forma parte de los procesos de una buena inteligencia emocional, donde aprender a decir «no», se vale de esas herramientas, estableciendo fronteras entre lo que estás dispuest@ a tolerar, prestar, hacer o permitir a quienes solicitan algo de tí.
¿Son exigencias las que recibes continuamente de extraños y conocidos? o ¿son favores que haces con gusto y en balance con tu tiempo y emociones?. De no ser así ¿continuamente la gente que te rodea abusa de esa confianza que les otorgas?
¡Mídele el agua a los tamales!
Y recuerda si hay alguna situación que te incomode ya sea en casa, en la escuela, en tu círculo de amistades o inclusive con tu pareja, quizá una de tus primeras acciones necesite ser la detección de sentimientos en relación a las exigencias o «favores» que te piden esas personas:
- ¿Cómo te hacen sentir?
- ¿Detectas algún tipo de manipulación en sus palabras?
- ¿Qué estado genera en tu cuerpo el cumplimiento de esas solicitudes?
- ¿Te surgen sentimientos de culpa?
Cero gritos y sombrerazos
De vuelta al trabajo emocional, responde esas preguntas y medita si esos sentimientos generan bienestar y respeto hacia tu persona y hacia los demás; en caso de sentir culpa, podrías evaluar si existen acciones de tu parte que te hagan sentir que podrías mejorar la situación para ambas partes, siendo siempre el respeto parte importante de la relación, ya sea de trabajo, escolar o doméstica.
La manipulación y cómo evitarla
Puede que no estén abusando de tí, pero que quieras establecer límites conforme al manejo de tu tiempo; en dado caso, podrías ofrecerte a ayudar en ciertas ocasiones, si es que te nace y cuentas con la disposición y actitud de ayuda.
Por otro lado, si a pesar de que buscas marcar tus límites, la otra persona genera en tí sentimientos de culpa –sin saberlo–, seguro cuentas con un mapa de las sensaciones que esta persona o circunstancia genera en tí:
- Si cometiste un error, lo asumiste y esa persona sigue insistiendo en hacerte sentir mal para que le hagas un favor, basándose en tu culpa ¿vale la pena?
- Si te sientes culpable por alguna cuestión, como hacerle pasar un mal rato a alguien o alguna situación similar, ¡olvida esa culpabilidad que de nada sirve y actúa en consecuencia!. En verdad no existe nada mejor que actuar
Identifica conductas
Si te has topado con la clásica persona encajosa, que más allá de verte con ese buen tipo o chava que de buena fe siempre le echa la mano y, al contrario te toma de su mandadero y nido de caprichos, no tendrás mas que detectar qué tipo de conductas desarrolla esa persona para saber no sólo las sensaciones que genera en tí, si no también cómo prevenirlas para siempre.
Juega con tus emociones: a través de la culpa, la vergüenza, el miedo y ¡hasta los halagos!
Se vale de tu autoestima: te ignora, te chantajea emocionalmente, te deja de hablar.
Se vale de tus necesidades: económicas (trabajo), sociales (amigos), afectivas (pareja), para condicionarte de alguna manera a hacerle los mandados.
Una vez identificadas este tipo de posibles conductas, establece relaciones igualitarias, donde las apariencias no quepan (como la adulación, para lograr lo que ell@s quieren a toda costa).
Delimita tus tiempos y prioridades, seleccionando cuáles serían el tipo de actividades en las que estarías dispuest@ a colaborar por convicción y la mejor fe, así como en las que por tiempo o distinto tipo de prioridades, te verías en la sincera necesidad de negar el favor, seleccionando tus mejores emociones y estado mental para dar un buen y educado, no.
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