Existen dos principios de la psicología positiva trasladados al manejo general de los trastornos de la salud mental: la compasión y la empatía.
Por compasión no se entiende al sentir pena por las personas que desafortunadamente se encuentran enfermas en temas neuropsiquiátricos. Se trata de entender que son portadores de una patología, igual de real e incapacitante que cualquiera de las más graves que puedan afectar a un individuo en el mundo de la salud. No hay que darles ningún maneo especial, sólo entender que necesitan atención, conciencia de enfermedad y apego a los manejos indicados. Favorecerles las condiciones para que se recuperen y se mantengan estables por el mayor tiempo posible. No se trata de lástima, sino de ayudar a que se cumplan las condiciones de atención y manejo de sus síntomas.
Por empatía hay que sabes que no se trata de debilidad el ponerse en los zapatos de otro, menos favorecido, que carece temporalmente del estado de goce total de su salud mental. La mejor forma de ayudar a algún ser querido que padece de una enfermedad psiquiátrica es hacerle saber que lo entendemos, que tratamos de comprender por lo que está pasando y que, de forma asertiva, vamos a estar ahí para cualquier solicitud que tenga de ayuda. Comprendemos, que es algo muy difícil, pero que con la cooperación del paciente y de la red de apoyo, se puede salir delante de este panorama negativo.
Por lo tanto, no todo es ciencia y conocimiento, la comprensión humana del menos favorecido, es importante para el diagnóstico, apoyo al tratamiento y para la recuperación del paciente.
Dr. Edilberto Peña de León