Desde el título la aseveración puede sonar sexista, pero la intención de esta participación es poner el foco en el hecho de que los síntomas depresivos sin más prevalentes en el género femenino que en el masculino. La principal razón y mas lógica, es un tema hormonal, los diferentes tipos de retos endocrinológicos que enfrentan las mujeres representan un obstáculo para la estabilidad emocional a lo largo de la vida. El inicio de las secreciones de estrógenos en la adolescencia y adultez joven, las variaciones obligadas de los ciclos menstruales, el embarazo y el post parto, así como el climaterio, modifican de forma relevante los patrones de secreción de neurotransmisores involucrados en las emociones individuales.
Existen factores de riesgo perfectamente identificados que hacen del género femenino más susceptible a la depresión:
- La adolescencia con los drásticos cambios hormonales y los nudos del desarrollo representan una dificultad en ambos géneros.
- Embarazos no deseados y embarazos adolescentes aumentan las dificultades y eventos de vida significativos para las mujeres.
- Presión social para cumplir multiplicidad de roles, cooperar con las funciones de casa, independencia y vida útil social, así como el constante requerimiento de desarrollo profesional y competencia con el género masculino.
- Dificultades económicas que no son exclusivas para las mujeres.
- El antecedente de enfermedades psiquiátricas en la familia y de forma personal, conociendo que la mitad de los padecimientos emocionales y de ansiedad debutan antes de los 15 años de edad.
- Dificultades de acceso a tratamientos de salud mental y psicofármacos.
- Trastornos neuroendócrinos en hormonas femeninas, tiroideas, cortisol y las relativas al embarazo y el climaterio.
A estos puntos tendremos que agregar el subregistro que se tiene de las patologías de salud mental en cuanto al género masculino por temas de estigma, ya que son mal visto si reconocen ser portadores de una enfermedad neuropsiquiátrica.
Dr. Edilberto Peña de León