Frecuentemente me preguntan los pacientes si ellos pueden usar otras cosas que les han recomendado durante su tratamiento para la depresión. Una de sus primeras preocupaciones es si estas opciones (homeopatía, flores de Bach, remedios de hierbas naturales, etc.), no interfieren con los medicamentos que esté utilizando en este momento. La verdad es que la mayoría de ellos no tienen problema de interacciones farmacológicas, a excepción de la hierba de San Juan, la cual hemos comentado en otras participaciones que tienen un claro efecto muy similar al de muchos antidepresivos pero menos seguro en su manejo y control.
Pero la segunda pregunta por la cual lo hacen los pacientes es para tratar de hacer todo lo posible por mejorar y salir más rápido de su episodio depresivo. Mi respuesta habitual es que mientras me comenten que quieren usar y pueda yo investigar el punto anterior de las interacciones médicas, ellos pueden utilizar lo que quieran.
Todas estas opciones alternativas no cuentan con estudios de investigación serios que hayan pasado la prueba de la estadística médica para demostrar que cuentan con efecto probado en estos padecimientos. Por lo tanto, caen en la categoría de manejos placebo. La definición de placebo del diccionario es de una sustancia que carece de acción terapéutica por sí misma pero que, de todas formas, produce un efecto curativo en el paciente.
Aquí hay que comentar el gran poder que tiene el efecto placebo dentro de los manejos en psiquiatría. Les comentaré un par de ejemplos:
- En cuanto a antidepresivos para niños y adolescentes solo contamos con autorización por parte de la Food and Drug Administration (FDA por sus siglas en inglés) para la fluoxetina. La razón para ello no es que sea la única efectiva. Es que cuando se prueban el resto de antidepresivos en esta población se han alcanzado datos de beneficio con el placebo de cerca del 62%. Por eso los otros antidepresivos no han superado estadísticamente a este número.
- El segundo ejemplo es de otro estudio muy curiosos de hace cerca de 20 años, donde al administrar un placebo en tableta de color rojo a los pacientes adultos deprimidos se encontraron efectividades de hasta el 30%.
La moraleja de todo esto no es que las personas nos engañemos con los medicamentos. No para nada… Es para que reconozcamos que el hecho de reconocer estar enfermo, querer ser tratados y tener ganas de curarnos, además de sentirnos escuchados y comprendidos por un profesional de la salud mental, al igual que por alguien al que le tengamos confianza (métodos alternativos), tiene un efecto que nos ayuda a mejorar.