Existe un fenómeno que siempre llama la atención de los pacientes que están en manejo antidepresivo y que les genera malestar y en ocasiones el miedo anticipado de que se están volviendo adictos al medicamento. Médicamente esto se llama: abstinencia serotoninérgica.
La mayoría de las personas que, por ansiedad, depresión, control de impulsos, trastornos alimenticios o regulación de sueño se les prescribe un antidepresivo, se hace por el mecanismo regulador y estabilizador del neurotransmisor que tiene que ver con todos estos procesos cerebrales, que es la serotonina. Muchas de las moléculas que se utilizan para este propósito viven apenas un día en el organismo y el cerebro es extremadamente delicado y muy sensible cuando, ya estoy en suplementación de serotonina en el tratamiento y de repente me lo suspenden de forma abrupta. Esta interrupción en el flujo de esta sustancia tan importante produce dolores de cabeza raros, sensación de inestabilidad, y algunas modalidades sensoriales extrañas como toques eléctricos en diferentes partes del cuerpo.
Esto es meramente un fenómeno químico, que no debe de traducirse en pensar que el medicamento está dañando mis neuronas, o en que nunca podrán darme de alta y dejar de tomar antidepresivos. Al contrario, es un aviso de que nuestro cerebro no está todavía listo para quitar manejos, de que debemos de tener un apego a la medicación al 100% para sentirnos mejor y curarnos y de que, para poder dejar los tratamientos requiero del cuidado, la supervisión y la experiencia de mi médico para poderlo hacer de forma estructurada y sin molestias en mi vida cotidiana.
Moraleja, si tienen este tipo de dudas, contacten a su médico.