Después de tragedias masivas como el 19S-2017, y habiendo pasado ya casi dos semanas, comienza a surgir la pregunta: ¿Y cómo va a ser volver a la vida de todos los días? Los siguientes consejos quiero aclarar que aplican sólo para los que no tuvimos pérdidas humanas o materiales durante la catástrofe y que sólo (y no es un solo de poco) nos vimos expuestos al sufrimiento e incertidumbre de lo que estaba pasando. Para los que su tuvieron de las pérdidas que ya mencioné tenemos que decir que para la psiquiatría existe un plazo de 2 semanas a 3 meses para ir superando el duelo y adaptarse a las nuevas condiciones que les puso la vida.
Regresando al grupo al que pertenecemos la mayoría…
Recomendaciones para ir volviendo a la vida cotidiana:
- Tratar de generar rutinas de nuevo: en la medida de lo posible volver a levantarse a la misma hora, ir al gimnasio y regresar a los pendientes del trabajo, pero sobre todo ir pensando en las cosas divertidas que nos gustan y que, de acuerdo a la prudencia, hay que irlas reprogramando. Debe de llegar el momento en que volvamos a hacer nuestros pasatiempos.
- Aprender a lidiar con el “complejo de culpa”: durante la semana anterior fue notorio en mi consultorio y en redes sociales, el observar a personas que se sentían culpables por no haber ido a los edificios siniestrados ni involucrarse en las brigadas de rescatistas. Sintiendo que habían sido increíblemente indiferentes ante la desgracia ajena. Es importante mencionar que cada quien ayudo de acuerdo a sus capacidades y necesidades. Hay quienes si se hubieran entercado en estar en la “zona cero” sólo hubieran estorbado a los importantes rescates que se estaban llevando a cabo. Si ustedes están en este grupo de culposos, seguro se han dado cuenta que las excusas lógicas no son suficientes para dejar de sentirse mal. Lo mejor que se les puede decir es que esta sensación se les va a quitar en una o dos semanas y que la mejor medicina es ir sintiendo las satisfacciones de hacer nuestros deberes, y como nombramos en el punto anterior, sentir como las cosas que nos gustan nos alimentan el alma.
- Entender que la solidaridad lleva un proceso de maduración y que de las primeras horas del desastre donde lo importante era salvar vidas humanas, ahora entramos en la fase de reconstrucción que no es menos importante que la primera, sólo que nos lleva más tiempo y un esfuerzo continuo que seguro es más cansado y menos glamuroso. Todos tenemos habilidades que podemos explotar en este proceso, hay que encontrar cual de mis fortalezas es la más necesaria para mi grupo social y comenzar a grabarnos la máxima de que las grandes revoluciones comienzan con los pequeños cambios.