Aprovechando el furor por el febrero: el mes del amor; me encontré algunas notas periodísticas que hablaban de muchas maneras innovadoras para mejorar el entendimiento en las parejas, solventar el aburrimiento, y como dice el título de la participación “Drogas para reavivar la flama del amor”.
Algunas hablaban de técnicas de mejoría en la comunicación, pero hubo un grupo en especial que me llamó poderosamente la atención. El uso de un estimulante del Sistema Nervioso Central, el MDMA, (versión abreviada de 3,4-metilendioximetanfetamina) es más conocida como éxtasis o Molly. Empleada durante años para desinhibirse en las fiestas, y en el tema sexual, años después, como un potenciador de la experiencia placentera. Por ese lado creía yo que eran las notas acerca de la droga del amor. Para mi sorpresa se referían a su uso como un facilitador contra las inhibiciones de la conciencia y que nos dan la posibilidad de tener un contacto más cercano y más íntimo con nuestra pareja. Incluso con testimonios de matrimonios ya de varios años y de terapeutas que hablan de las bondades de abrirse de par en par con el ser amado. Estos reportes se presentan en el mismo momento en el tiempo donde ha comenzado el debate de empleo del CBD y de las microdosis de psilocibina como ayudadores de la psicoterapia para patologías específicas como la depresión crónica, la ansiedad y el trastorno por estrés post traumático; acotando, se ha comenzado el debate, no es una aprobación ni una recomendación de su uso, se están estudiando sus efectos y su utilidad.
Dr. Edilberto Peña de León