Muchas veces amanecemos sintiéndonos mal, la vida nos ha presentado una buena cantidad de dificultades, nos cuesta levantarnos, no tenemos energía para hacer las cosas, nos invade la tristeza y la frustración y se nos altera el sueño y el apetito. Con todos estos elementos, abrimos nuestras redes sociales, y es oficial: actualización de estado… ESTOY DEPRIMIDO.
Hay que ser claros, la declaración de ESTOY DEPRIMIDO tiene relación directa a la enfermedad depresiva mayor que tiene criterios bien específicos (muy parecidos a los que ya mencionamos aquí arriba, aunque de mayor intensidad), alteran mi funcionalidad, pero, el criterio diferente es la duración, estamos hablando de cuando menos dos semanas con persistencia de esta sintomatología en estos mismos niveles.
Para todos estos casos, la psiquiatría cuenta con un apartado especial: el duelo o también conocido como reacción de ajuste. Igual los datos son prácticamente los mismos, pero hay dos diferencias:
- El antecedente: debe de existir claramente un evento adverso en nuestras vidas, del tipo de un fallecimiento, un divorcio, una enfermedad de un familiar… bueno hasta que nuestro equipo favorito pierda un partido importante. Los síntomas de tristeza tienen que ser precedidos de este antecedente.
- El tiempo: Estamos hablando que la duración de estas molestias lleva de más de dos semanas y hasta tres meses. Es el tiempo juicioso que me da la ciencia médica para que mis mecanismos de acción den respuesta a la situación negativa y pueda yo adaptarme de forma adecuada a las nuevas condiciones del medio ambiente.
Finalmente, la última clave para hacer la diferencia entre un duelo y un estado depresivo, es que cuando logramos superar la dificultad surgida, en un duelo ya nos sentimos bien, y en una depresión seguimos sintiéndonos mal.
Dr. Edilberto Peña de León