El peso corporal se ha usado como parámetro de salud durante muchos años, antes pensábamos que con estar flacos era suficiente. Ahora sabemos que no es así, que debemos saber mucho más sobre nuestro metabolismo, composición corporal, hormonas, etc. Y afortunadamente, tenemos más herramientas para conocer nuestros riesgos de salud y cómo evitarlos. Les voy a explicar algunas herramientas sencillas para evitar riesgos de salud o detectarlos a tiempo.
1.- Peso. Si tienes una báscula en casa, pésate sólo una vez por semana. El peso real se toma en la mañana, en ayuno, sin ropa y después de ir al baño. Revisa que la báscula esté en un lugar donde no la muevan ni golpeen (al barrer, por ejemplo) y evita colocarla sobre una alfombra. Pésate dos veces mínimo y revisa que las lecturas sean constantes. No te peses los lunes, seguramente tendrás más agua en el cuerpo porque las comidas de fin de semana, sobre todo si son en restaurante, tienen más sodio.
2.- Índice cintura cadera. Este nos sirve para saber si la forma en la que acumulamos grasa está aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Consigue una cinta métrica, párate frente a un espejo y encuentra la parte más ancha de tu cadera, después busca la última costilla. Mide esas dos circunferencias sin apretar la cinta, divide la medida de la cintura entre la cadera. En mujeres, este resultado debe ser menor a 0.85 y en hombres menor a 1.0. Si es mayor a estos valores, significa que tú grasa corporal está cerca de órganos vitales, eso aumenta el riesgo de salud así que consulta a tu médico. Seguramente necesitarás estudios de laboratorio y bajar de peso.
3.- Porcentaje de grasa y músculo. Hay herramientas que nos permiten medir no sólo el peso, también de que es ese peso. Estas medidas son importantes sobre todo para personas que hacen mucho ejercicio o que naturalmente son de complexión grande, para ellos el peso no nos dice nada, siempre tendrán sobrepeso debido al músculo y otros tejidos pero eso no implica riesgo de salud. En el otro extremo están las personas que pesan poco pero tienen baja masa muscular y grasa alta, estas son las más difíciles de diagnosticar porque siempre se ven delgados y no sienten la necesidad de revisar su composición corporal.
4.- Estudios de laboratorio. La química sanguínea y biometría hemática siempre son buenos parámetros para saber si estás saludable. Hazte una determinación de estos una vez al año, siempre deben incluir glucosa, colesterol y triglicéridos. Busca a un experto para interpretarlos y tal vez sea necesario realizar otros estudios específicos que recomiende tu médico.
5.- Espejo, ropa, foto y amigos. Este es el parámetro más sencillo de medir pero el más difícil de aceptar. Cuando cambiamos de talla, salimos cachetones en las fotos o nuestra tía incómoda nos dice que nos ve más “repuestitos”. También nos podemos ver pálidos, con los pies y ojos inflamados, notar cambios en nuestro pelo o piel. Hay veces que nos vemos igual pero nos sentimos “raros”, cansados, mareados, etc. Todo esto nos indica que algo no anda bien, no dejes pasar estas señales, es importante que un experto te diga si todo está bien.
Como verás, estas herramientas son sencillas y te pueden dar una buena idea de cuando necesitas ver a un especialista.
Si requieres información extra, no dudes en escribirme.
¡Que tengas una gran semana!