Hace unos días me enteré de la nueva medida de hacer del programa “Hoy no circula” una medida obligatoria para todos los automóviles durante tres meses, sin importar la calcomanía de verificación que tenga mi coche. Después del coraje y la frustración que eso me causó (incluso llegó a agriarme un día divertido de mis vacaciones), me quedé pensando que si Miguel Ángel Mancera y el gobierno federal habían planeado esta medida para molestarme a mí y sólo a mí; a esto se le llama idea de referencia. Son aquellas que se producen cuando siento que las acciones que pasan a mi alrededor tienen como punto de referencia, justamente, a mí. Las ideas de referencia no tienen por fuerza que ser parte de un episodio psicótico (donde pierdo contacto con la realidad), se pueden presentar sobre todo en momentos de gran ansiedad.
Dejando un poco de lado a las ideas de referencia me gustaría hablarles de las ideas delirantes o delirios, que son estas ideas que sí son parte de episodios psicóticos y que significan que estoy pasando por una enfermedad mental grave que requiere de evaluación y manejo especializado. Estas se presentan como parte de enfermedades serias como los son la esquizofrenia o el trastorno delirante. Como característica fundamental no tienen el hecho obligatorio de ser falsas (algunas de ellas pueden tener una base real), pero sí son ideas que son irreductibles a los argumentos de la lógica y la razón y logran hacer que mi vida gire alrededor de ellas todo el tiempo incluso generándome gran disfunción familiar, laboral y social. Existen cinco tipos de ideas delirantes:
- Ideas paranoides: son las ideas de daño o persecución. Siento que los demás me están vigilando o quieren, seriamente, aprovecharse de mí.
- Ideas de grandiosidad o megalomaníacas: son las conocidas como ideas de grandeza, donde siento que cuento con capacidades exageradas a las reales y que por lo tanto puedo realizar cosas que están muy alejadas de mis posibilidades. Específicamente se presentan con frecuencia en los pacientes bipolares que sufren de episodios de manía que son justo la cara opuesta de la depresión.
- Ideas celotípicas: son esos celos “enfermizos” que nada logra acallarlos y que nos obliga a pedir pruebas inagotables e insuficientes de fidelidad a nuestra pareja. Se llegan a observar en pacientes alcohólicos crónicos o en ancianos que sufren de fases terminales de las demencias.
- Ideas somáticas: son las que se presentan con la deformación del pensamiento acerca de alguna parte de mi cuerpo o de padecer ilógicamente alguna enfermedad. Para mayor referencia acudir a cualquier revista de espectáculos y ver el tamaño de las prótesis de Sabrina Sabrok.
- Ideas erotomaníacas: este es un tipo muy raro e infrecuente de delirios y consiste en la idea de que una persona (generalmente famosa) está realmente enamorada de mí, pero que no lo sabe porque no ha tenido la fortuna de conocerme. Esto sería como el fenómeno de las fans o “Groopies” pero al cubo. Las llegan a presentar personas con alguna deficiencia intelectual.
Es muy importante mencionar que estas no son las ideas habituales que me pueden surgir como parte de una preocupación importante de mi vida, son pensamiento que no me dejan descansar y que descarrilan mi vida y la de mis seres queridos. Cuando las identifiquen así en algún conocido (el que las sufre es imposible que las reconozca como anormales), hay que ser categóricos, no se quitan solas, hay que ir a tratamiento.