No es nada raro que, al terminar una cita con un paciente, este te comience a cuestionar sobre algunas modificaciones en su estilo de vida que pudieran beneficiar o perjudicar su evolución. Pocas personas lo saben, pero con mucho, la droga que más se usa en el mundo, a pesar de ser completamente legal, es la cafeína. Como muchas cosas en la vida, esta sustancia lleva un buen porcentaje de claro oscuros, situaciones ventajosas y dañinas que hay que considerar. A continuación algunos datos sobre si la cafeína afecta la salud mental:
- Claramente hablamos de una sustancia estimulante, y como tal, se trata de un alertador que genera un mejor nivel de actividad física y energía, y en cuanto a nivel intelectual, un más alto nivel atencional, más concentración y sobre todo una capacidad de ejecución notoriamente aumentada comparado al no uso de la cafeína.
- Este estimulante, en cuanto a la energía física, disminuya la somnolencia diurna, y genera montos de activación física, muy deseables, pero que tienen el lado B, de un aumento en los índices de alteraciones del sueño, o formalmente de insomnio.
- Este estado inducido de hiperalerta puede ocasionar una activación exagerada del sistema nervioso autónomo, que puede afectar el control de los síntomas de ansiedad y presencia de crisis de pánico.
- Suele ser un gran abortivo de episodios de cefalea migrañosa, incluso una buena cantidad de fármacos que se encuentran en el mercado para esa función contienen una dosis generosa de cafeína.
- En una dosis moderada es un inductor de una clara sensación de bienestar general que puede ser un beneficio sustancioso en el seguimiento de la evolución de los episodios depresivos mayores.
Así, que a pensarle bien, y decidir cuando sí y cuando no, me conviene seguir tomando mi café.