Suena a contradicción, como lo dice la canción: “O lo viví o lo soñé”. Es importante mencionar que para el sistema nervioso central esta frontera que estamos delimitando es más que artificial. Pensar que nuestro cerebro sólo funciona como cámara que registra estímulos de los órganos de los sentidos, los organiza, discrimina y nos hace dar respuestas, es ser demasiado restrictivos. Una parte de él, quizás una de las más importantes, el sistema límbico, puede ejecutar una labor inversa a la ya mencionada.
Somos capaces de evocar recuerdos, sensaciones, momentos; y usar esta pedacera para poder crear, inventar y juntar retazos de todos estos elementos para tener un resultado completamente nuevo; es más podemos sumar todo lo anterior y revolverlo con la realidad y obtener cosas sorprendentes. Sacamos elementos de nuestras memorias, lo reunimos con sueños producidos en nuestro cerebro abstracto y lo conjuntamos con el sentido lógico de mi corteza prefrontal para poder pensar que existe y que podemos plasmarlo como arte escrito, auditivo, visual, en fin, materializarlo de forma completamente sensorial.
Así que, olvidemos esta dicotomía, y mejor aún aprovechemos la realidad y la imaginación para hacer de nuestra vida un mundo infinitamente más satisfactorio, que para eso tenemos cerebro de sobra.
Dr. Edilberto Peña de León