Estamos muy acostumbrados a pensar en la Psiquiatría como en la rama de la medicina que se encarga de diagnosticar, evaluar y corregir una gran cantidad de patologías que afectan a la salud mental de los seres humanos, del tipo de las adicciones, la depresión, los trastornos de ansiedad, esquizofrenia, desorden bipolar y las demencias, entre otros menos frecuentes. Y sí, se tienen toda la razón en una de las principales labores de la ciencia que se estudia las emociones, la conducta y la cognición de los seres humanos. Pero, no solamente.
Hoy quiero poner el foco en una de las partes que se incluyen dentro de la Psicología Positiva. La búsqueda de sentirse mejor, de disfrutar de la vida, de querer crecer, madurar y evolucionar en una mejor versión de nosotros mismos, claro que se encuentra dentro del foco de los objetivos de la Psiquiatría. Cada vez es más frecuente que las personas piensen en acudir a la oficina de un profesional en la salud mental con una solicitud, a veces borrosa e inespecífica, pero que cuando comienzan a hablar encuentran la forma de poder dar a entender que lo que se busca es comenzar algunos procesos que lleven a un más profundo conocimiento personal, detección clara y contundente de las virtudes que tenemos la responsabilidad de acrecentar, y el señalamiento de los defectos de carácter y de personalidad , que no son motivo de declaración de patología, pero que, si se pueden modificar, cambian radicalmente la calidad de vida y la sensación de satisfacción en este mundo efímero.
Apoyemos el ir cambiando de forma progresiva el enfoque exclusivo de tratamiento de la Psiquiatría, para ir evolucionando a un trabajo de mejoramiento personal que contendrá de forma preventiva la generación de enfermedades.