Creo que para todos nos ha quedado claro en los últimos dos años que el estrés de la vida es algo imposible de evitar, podemos intentar irnos a vivir a la montaña en una cabaña o la playa atendiendo un bar de margaritas; pero algo seguro, y lamento decirlo así de contundente: LOS MALOS EVENTOS NOS VAN A ALCANZAR.
Esto viene a colación con el puente que acabamos de pasar con motivo del 5 de febrero. En la balanza imaginaria de las cosas desafortunadas contra el placer que te puedas conseguir en la vida, de repente no le damos importancia a lo satisfactorio que puede ser darnos un respiro en la vida. Proporcionarnos cosas buenas no quiere decir, forzosamente, salir de compras, ir a un restaurante de moda, reunir a un grupo numeroso de amigos o irse de viaje. Que opinan de levantarse tarde, no ir a hacer ejercicio por un día, desayunar con calma en la cama, quedarse en pijama mas del mediodía, salir a dar una caminata por placer con tu mascota (y no la obligatoria y cansada de todos los días), pedir comida no dietética por aplicación y darse un maratón de una serie mala pero adictiva en cualquier plataforma.
En la administración del bienestar no todo tiene que ser caro, conectar cara a cara con nuestros compañeros de casa, darse un masaje y respirar profundo pueden hacer la diferencia, en un comienzo de año que suele ser difícil, hasta conformarse en una cuesta emocional de inicio de año.
Por favor, tengan en mente la importancia de hacer una pausa y no dejen de regalarse un momento de estos en los próximos días, no se arrepentirán.
Dr. Edilberto Peña de León