Uno de los fundamentos básicos de manejo de las enfermedades del campo de la salud mental es favorecer que los pacientes utilicen un pensamiento basado en lo que acontece en el presente: en el “aquí y el ahora”.
Seguramente hemos conocido y estamos en contacto con las personas que fundamentalmente viven su vida pensando en la culpa y el arrepentimiento sobre los acontecimientos que ocurrieron en su pasado, sus frases favoritas comienzan forzosamente con: “Si hubiera…”. Siendo este estilo de pensamiento base de los episodios depresivos.
Por otro lado hay un buen grupo de pacientes que viven siempre dos días adelante, una semana, seis meses o hasta en los años por venir. Su preocupación principal son la gama de posibilidades que se abren en su futuro, aunque casi siempre observando predominantemente los escenarios negativos. La incertidumbre sobre el futuro, en un escenario exagerado, los lleva materialmente a paralizarse en el presente por estar pendientes de que los actos que hagan ahora van a modificar sin remedio su porvenir. Este sistema de pensamiento conforma el fundamento de los trastornos de ansiedad.
Como podrán adivinar lo más deseable es vivir en el “aquí y el ahora”. Contrario a lo que nos podría decir la lógica, es más sano ser “monotasking” que “multitasking”. A este sistema de pensamiento se le llama Atención Plena. Hay que tener la completa conciencia de las cosas y situaciones que vivimos a cada momento. Consientes de sentir, de respirar, de rascarnos y de gastar el trabajo de mis neuronas en la vivencia que tengo enfrente y no en las que no pude resolver o en las que no estoy todavía listo. Con esta base se fundamentó un tipo de psicoterapia con fundamentos de meditación que se le llamó Mindfulness. Los invito a conocer y googlear sobre esta psicoterapia, que más que ir una vez por semana a consulta, los puede enseñar a activar a vivir y pensar de una forma diferente y más sana.