En estos meses la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha tenido sobrecarga de trabajo, definió las oleadas de la pandemia de COVID-19 para que así podamos enfocar los objetivos y los esfuerzos para ir atendiendo de forma prioritaria las dificultades que se han ido presentando en esta evolución de muchas semanas y meses. Las enlistamos a continuación:
- Primera Oleada: la diseminación del COVID-19, el incremento en el número de casos, los pacientes infectados de forma severa, los que han requerido apoyo ventilatorio, la saturación de los hospitales y, los que desgraciadamente, han perdido la vida en la batalla contra este patógeno.
- Segunda Oleada: la crisis que han ido creciendo que son los pacientes urgentes y graves, que no tienen una enfermedad relacionada al COVID-19, pero que necesitan de una atención pronta y súper necesaria en un hospital, pero que, debido a demanda exagerada de servicios no se cuenta con la capacidad operativa para atenderse. Enfermos que se han tenido que enfrentar a un peregrinar peligroso y potencialmente mortal para poder resolver un problema de salud crítico.
- Tercera Oleada: personas que, en el desarrollo normal de sus vidas, y de ninguna forma, relacionados al coronavirus, llevaban un control de sus enfermedades crónicas y que se han descuidado porque los servicios de salud no están a la mano. Nombremos a la diabetes mellitus, la hipertensión arterial sistémica, insuficiencia renal crónica, rehabilitación de enfermedades neurológicas como la esclerosos múltiple, el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, patologías que requieren de cuidados continuos del personal médico y paramédico y que por ahora se le ha ido relegando.
- Cuarta Oleada: la que se llama Oleada de Salud Mental. Los enfermos sobrevivientes, con secuelas, los que perdieron alguien en la pandemia, los que perdieron su trabajo o los que su vida cambio para mal para siempre. El personal de salud que vivió situaciones extraordinarias que cambiaron su forma de trabajo médico. Todas estas poblaciones que están desarrollando un estrés agudo y un estrés post traumático. Así mismo, las personas que iban a debutar en los siguientes años con un trastorno depresivo, de ansiedad o bipolar y que por los acontecimientos de este año, se convirtieron en el detonante para debutar con sus enfermedades.
En este momento, mi diagnóstico muy personal, es que es el momento justo donde estamos a la mitad de las cuatro oleadas. A estar híper conscientes de nosotros mismos y cuidarnos en todos los aspectos.