Un poco asustado espero a que lleguen mis pacientes de las 7; son una pareja a la que le tengo bastante cariño, han avanzado bastante pero llevamos unas cuantas sesiones pasando por un bache bastante escandaloso. Confío, en que si hicieron su tarea todo irá mejor, pero no estoy seguro. Llegan un poco tarde y la escena pinta para consulta difícil; llegan tarde, fastidiados y él sigue hablando por teléfono mientras la cita comienza.
Sorprendentemente toda la dinámica que traían semanas atrás es otra. Logran manejar el conflicto del estrés y la llamada de una buena manera y logramos dar un gran paso para poder resolver temas más difíciles y medulares en su relación. Ellos no se habían dado cuenta que el amor no basta para que una pareja funcione, pero sobre todo no se habían dado cuenta la poderosa herramienta que es la atención…
“No sé bien por qué esta tarea nos ha caído tan bien” ¿Qué tarea mágica les deje? Simplemente, que respondieran diario a las dos preguntas de mi columna Cómo estar bien con mi pareja. Eso les ayudo primero a ver que su pareja si hacía cosas por ellos, cambiar la atención a todo lo hermoso que tienen como pareja y finalmente a notar que las cosas que tiene que pulir es eso, cosas que pulir. Ahora lo importante es que no se pierdan en este bienestar y lo aprovechen para trabajar un par de temas que más que pulir son temas fuertes.
Pongo un ejemplo tan extenso porque así funciona la atención, cuando la gente me dice que sólo quiere ver lo positivo les pregunto, ¿Sabes de qué murió Bob Marley? Murió de optimismo, pisó un clavo y pensó: pero todo va a estar bien, no pasa nada; se le infectó, pero “ don’t worry; después se le gangreno, le cortaron medio dedo y le dijeron que se cuidara pero, ¿Para que cuidarme si todo va a estar bien? Años después se le derivó en un cáncer y murió a los 36 años; no era perfecto pero tenía mucho más para darle al mundo y con solo un poco de pesimismo se hubiera salvado.
Podría contarles también muchas historias de personas que por ver siempre la peor opción nunca se arriesgan a vivir sus sueños. En cambio el optimismo, o ver lo que si hay, funciona para diferentes cosas; me sirve para ver las opciones que puedo utilizar para que las cosas salgan bien; así mismo para observar lo que hago bien y así poder replicarlo, también para reconocer lo que hacen por mí o yo hago por otros, disfrutar lo que estoy viviendo, arriesgarme… El optimismo tiene muchas utilidades, en pareja, me ayuda a ver que sí hace mi pareja por mí y valorarlo. También preguntarnos, ¿Mi jefe será tan malo?; los lentes del optimismo pueden responder preguntas como esta y pueden ser utilizados en todas las áreas de tu vida.
El pesimismo nos ayuda a cuidarnos, ver lo que está mal, ver en que la regamos para poder mejorarlo, cuidarnos, ver el peor panorama posible para tomar precauciones. En pareja, me sirve para trabajar desde antes temas que después podrían ser pleitos; en el trabajo, para crecer y reparar nuestras fallas.
Si sólo ves uno dejas de crecer, si sólo ves el otro te paralizas.
Esta semana me gustaría dejarles de tarea: que en el día a día tomen su atención y la estén moviendo de un lado a otro, si están viendo todo oscuro busquen la luz, si ven todo iluminado hagan lo contrario.
Ojalá puedan contarme en la caja de comentarios qué tal les funcionó.