Todos hemos visto en la televisión reportajes acerca de la risoterapia, y a los que no se nos a expuesto a estas noticias, hemos estado un fin de semana sin mucho quehacer listos para ver la película de Robin Williams sobre la vida del Dr. Patch Adams, que además de ayudar en el tratamiento prescrito a sus pacientes, les ayudaba provocándoles ataques de risa liberadores.
Un buen momento de estar tan felices que nos haga enseñar los dientes conlleva el uso de hasta 300 músculos diferentes, cumpliendo con creces el requerimiento diario de actividad física para mantener una buena salud mental. Así mismo, nos obliga a romper la monotonía y la fijación persistente en los pensamientos pesimistas que arrastran los episodios depresivos y ansiosos. Lo más rescatable, es el valor que nos da el uso del sentido del humor como un medicamento contra el peso de los afectos negativos que nos aportan los eventos desafortunados de la vida cotidiana.
Podría parecer una obviedad, pero la ciencia cada día nos aporta más datos del valor de cuidar un estado optimista para evitar patologías de la salud mental, e incluso del resto del organismo.