La vida sin estrés es una fantasía

Edilberto Peña De León

Edilberto Peña De LeónEsta semana estuve de viaje en Mérida para dar un par de conferencias acerca del manejo del estrés. Una de ellas era dirigida al Colegio de Urólogos de aquella ciudad. Al final de la misma se acercó uno de ellos, jefe de servicio de uno de los hospitales locales para comentarme su caso. Tenía más de 35 años de estar trabajando en el campo de la urología, despertándose todos los días antes de las seis de la mañana operando la mitad del día y consultando y pasando visita el resto, llegando a su casa alrededor de las once de la noche. Su estilo de vida no había tenido ningún problema hasta que en noviembre pasado le descubrieron que tenía tres “taponamientos” de colesterol en las arterias coronarias y fue necesario realizarle una cirugía para colocarle tres puentes o “stents”, y así recuperarse de su afección cardíaca. Lo que más me llamó la atención de su relato era donde me comentaba que había decidido tomarse la vida con más calma, pero ya estábamos ahora en febrero y tres meses después “Ya estoy como antes y estoy resintiendo de nuevo los estragos del estrés”.

Una de las enseñanzas de la psicología positiva a cerca del manejo del estrés es una declaración fuerte pero contundente: “La vida sin estrés no existe”. Asumiendo este enunciado es que entonces nos vemos obligados a dejar de fanteasear con alejarnos de la ciudad e irnos a poner un bar al atardecer en Zipolite. En consecuencia, debemos de aprender a mantener un equilibrio entre las cosas que me estresan y las que me dan respiro y descanso. A continuación les enumero cuatro recomendaciones de la psicología positiva para reponernos del estrés, que se ponen en una nemotecnia en ingles con 4 “A´s”:

  • AVOID (Evitar): Tenemos que aprender a decir que “no” a las responsabilidades adicionales, a las actividades fuera del tiempo que tengo planeado para el trabajo y a evitar en la medida de lo posible colocarme en situaciones de polémica.
  • ALTER (Exteriorizar): Habla justo de lo contrario a guardarnos las cosas y los reclamos que nos enfandan por mucho tiempo. No se trata de convertirnos en personas intolerantes e impulsivas, sino ser asertivos e identificar los eventos que me irritan y buscar el mejor momento, lo más pronto posible, para decirlo siempre con la condición de si voy a hacer un reclamo este debe de ir acompañado del ofrecimiento de una solución.
  • ADAPT (Adaptación): La vida es constante movimiento, por eso si nos mantenemos con metas y objetivos fijos, por más encomiables que sean; nos estamos exponiendo a una constante sensación de frustración. Si la vida es cambio, nuestra respuesta inteligente tiene que ser adaptarnos a esos cambios modificando nuestras expectativas constantemente de acuerdo a las condiciones del medio ambiente.
  • ACCEPT (Aceptación): Hay que estar atentos y reconocer lo que no podemos cambiar, lo que se sale de nuestro control. Siempre debemos esforzarnos al máximo por lograr nuestros objetivos, pero existe un espacio obligatorio para la incertidumbre y para los detalles que ya no dependen de nosotros. Reconocerlo nos da la oportunidad de saber que siempre hay la posibilidad de que las cosas no salgan como las planeamos.

Edilberto Peña de León 

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