Domingo por la tarde, esa frontera entre el lunes y el aburrimiento, donde por si fuera poco, una mancha que pareciera chancroléptica aparece sobre tu piel y tu ¡mega azotado piensas que estás al borde de la muerte!
Si no fuera por esas locas aventuras que te echaste al hilo durante el fin de semana, quizá no le darías el más mínimo interés, pero ¡ahí está!, frente a ti, tu más cercano y casi fiel amigo y “consejero”, ¿el mejor? ¿el peor? ¡Sí, internet!
Por qué internet es tu peor, peor consejero
Conforme a una encuesta realizada por la Universidad del Valle de México durante 2016, poco más de la mitad de los mexicanos se automedica, bajo el pretexto de no contar con suficiente tiempo o dinero para para ir al doc, por lo que Google se vuelve su médico de “cabecera” más cercano y… peligroso.
A veces pasa que uno se brinca a su brother Google y pues ya se la “Sabritas” con las características y diagnósticos de la enfermedad, es decir, en relación con enfermedades como gripes, tos y rollos así, las personas tienden a automedicarse con la misma receta y armarla de su propio doc Simi.
Sin embargo, cuando pasa algo más chancrolepticoso que les da meyo y no saben de qué va, de volada se lanzan a los brazos e información googloza. ¿Resultados? ¡Miedo total! ¡Estado de alerta por una posible muerte a causa de una enfermedad rarísima! y que conforme a los datos de los que alimentan al buscador, estos hipocondriacos casi mueren de un infarto directo al miocardio por la sarta de enfermedades que encuentran relacionadas a la supuesta onda que les diagnostica el buscador.
Bájate del tren del meme
Empezando porque 3 de cada 10 mexicanos no distingue entre los medicamentos de patente y los genéricos o similares, ¡de dónde podrían auto recetarse partiendo desde Google? Sólo lograrán asustarse y, en el mejor de los casos tomar medicina que no tenga nada que ver con lo que podría ser algo muy simple como una alergía, en lugar de la enfermedad mortal pronosticada por el buscador. ¡A ponernos las pilas! Tanto en farmacias, como en instituciones del sector público existen modalidades en las que ya sea que no es necesario que pagues por la consulta y sí por los medicamentos (pero a bajo costo), o hasta opciones en las que tanto tus consultas, como tus medicamentos más sencillos sean totalmente gratuitos.
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