Prácticamente la mayoría de la población que tiene acceso a internet cuenta con perfiles en las diferentes versiones de redes sociales. Vamos a enlistar los fenómenos derivados del uso de las redes sociales que han cambiado conductas y patrones neuronales:
- La mayoría hemos experimentado un uso compulsivo de nuestros perfiles en redes, verificar continuamente nuestro muro o la tentación de publicar repetidamente aspectos de nuestras vidas. Existe un fenómeno conocido como FOMO “Fear Of Missing Out”, donde sufrimos la duda patológica de que en el momento que no estamos conectados nos estamos perdiendo de algo importante y relevante para mi vida.
- La interacción con un enorme número de personas conocidas y que conocemos de forma virtual nos expone a sus juicios repetidos. Estas opiniones positivas se pueden materializar como likes, comentarios o compartir nuestras publicaciones. Definitivamente, esto nos motiva y nos hace liberar dopamina en los centros del placer, favoreciendo que queramos más y más.
- También usamos las redes para informarnos de los temas de nuestro interés e incluso los robots de inteligencia artificial que manejan estas redes nos presentan cada vez más datos afines a lo que leemos o le damos click. Esto nos ha venido facultando para conocer mas asuntos y para manejar muchos y diferentes de forma simultánea y eficaz.
- Los dispositivos inteligentes donde vemos estas redes sociales nos han ayudado a modificar conductas, una muy clara es el sueño. Los revisamos en la cama, antes de querer dormir, exponiendo nuestra corteza frontal a luz de longitud de onda azul que nos obliga a estar pensando y estar despiertos. Por lo tanto, son una causa constante de dificultades para el inicio del sueño.
- Nuestro cerebro tiene capacidades que hace algunos años no creíamos tan importantes. Dos de ellas, la neurogénesis y la plasticidad neuronal se han visto activadas por todos estos fenómenos y han venido cambiando la interconexión de la corteza para adaptarnos a todos estos cambios.
Edilberto Peña de León