Lo que no sabias que nos pasa a algunos hombres el 8 de marzo

Fabio Valdés

Fabio Valdés Me levanto con temblores matutinos, sudor frío y esperando que la agonía acabe, nuevamente un día de la mujer, y como cada año, me veo obligado a hablar del tema, la presión del medio me consume y como un adicto caigo a la tentación de meterme a un tema quizás no debería tocar…

¿Y cómo no hacerlo? Siendo hombre siento el impulso de querer hablar de lo maravillosas que son las mujeres y de lo mucho que aportan a nuestra sociedad, del crecimiento que ha habido en el último siglo en equidad de género y de que las generaciones de hoy en muchas áreas del mundo viven una experiencia completamente distinta a la que vivieron nuestras madres o abuelas.

Hoy en día hay lugares donde es grandioso ser mujer, podemos ver partes como Islandia, donde la mujer tiene un lugar de importancia que en otros países no tienen. Varias mujeres tienen el puesto de dirección general en compañías importantes y muchos de los puestos estratégicos de los bancos también.

Y sin embargo llega este triste 8 de marzo que como hombre es una pesadilla, el no saber si felicitar o no, el caminar con cuidado porque es el día en el que parece salen todas las diferencias de género, y aunque tú nunca hayas personalmente tenido una mujer esclava en casa parece que solo por ser hombre tienes que cargar también, discusiones acaloradas, frases inteligentes, la búsqueda constante que la gente entienda el movimiento feminista de fondo, el como muchos de los lineamientos se vuelven argumentos filosos para poder acabar con rencores salidos de vivencias personales.

Para un hombre, al menos un hombre sensible a estos temas, es como caminar sobre un campo de minas, los últimos años cada 8 de marzo he tenido ataques solo por ser hombre y eso, desde lo que yo entiendo es el feminismo, me parece un poco absurdo.

Entiendo perfectamente que aún faltan muchas cosas, y que hay lugares del mundo y de nuestro país donde existen lugares sumamente machistas donde los géneros están sujetos a un rol “clásico” y que en muchos de esos lugares existe violencia, puedo ser sensible a lo molesto que puede ser que un hombre que te parece desagradable te acose (se siente igual cuando una mujer que no te gusta te acosa como hombre, pero no digan que les dije porque ya perdí un par de litros de mi garrafa de masculinidad solo con compartirlo en voz alta), y me parece que si hay cosas que avanzar en muchas áreas.

Mi propuesta es, eduquémonos a ser sensibles, ¿Cómo?, compartiendo la incomodidad que sienten y lo difícil que son algunas cosas de las que viven, de preferencia sin juzgar a todos los hombres en el proceso.

¿Alguna vez te ha pasado que alguien te dice algo y te sientes atacado?

¿Cuál es tu primer instinto? Porque en general el primer instinto de la mayoría de la gente es cerrarse, no escuchar o incluso defenderse.

Una forma diferente seria hablar de lo que te pasa, un ejemplo buenísimo es mi socia y amiga Alessia Di Bari, la primera vez que la felicite por el día de la mujer, en vez de decirme “Eso no se hace” o “MAL HOMBRE A TU RINCON”, solo me dijo “No entiendo porque me habrías de felicitar por ser mujer, pero gracias.” Para nada fue un comentario agresivo e incluso en el argumento que dio me daba a entender la incomodidad que sentía de que la felicitara simplemente por haber nacido con un sexo en particular.

Y eso lleva a mi planteamiento de solución de conflictos que en general funciona.

Es mucho más probable que la gente que tienes en frente escuche tus argumentos si en el proceso le dices cómo te sientes al respecto.

Te recomiendo uses la formula siguiente para empezar esta nueva forma de comunicación:

  • 1.- Cuando tu (poner ACCION aquí) yo siento que (poner sentimiento, sensación, emoción que tenga que ver conmigo)
  • 2.- Esto me recuerda a (poner aquí memoria vivencia situación de vida que hayas vivido que sea parecida)
  • 3.- Te pido por favor (colocar aquí petición, sugerencia que le pides a la persona en cuestión. Nunca se trata de una obligación o una exigencia)
  • 4.- Y yo me comprometo a (aquí se coloca algo que tú vas a hacer para ayudar a que esta situación se solucione, es la forma en la que te vas a involucrar de forma activa.)

Los ejemplos siempre son muy buenos para poner en contexto.

Un ejemplo bueno sería:

  • 1.- Cuando tú me felicitas por ser mujer me siento atacada, triste y dolida, y me dan ganas de alejarme de ti.
  • 2.- Esto me recuerda cómo mi madre insinuaba que yo y mis hermanas no éramos suficientes para mi padre y que le dolía nunca haberle dado un varón y cómo eso me hacía sentirme insuficiente como mujer.
  • 3.- Te pido por favor que en vez de felicitarme me compartas que haces tú activamente para crear un mundo en el que haya equidad de género
  • 4.- Me comprometo a volver a decirte como me siento las veces que sean necesarias todos los años que me felicites en este día.

Por supuesto para llegar a este nivel de comunicación es necesario aprender a observarse, pero de eso hablare en otro momento.


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