Una situación muy frecuente en el trabajo clínico con mis pacientes surge cuando les receto un medicamento y ellos me contactan a los pocos días para preguntarme: “¿Oye Doctor la medicina que me enviaste la busqué en internet y dice que es para otra enfermedad diferente a lo que me comentaste en la consulta que yo tenía?”
A este respecto hay que mencionar varios puntos:
- Los psicofármacos se inventan y se busca su aprobación por parte de las autoridades sanitarias, en principio, para una indicación, y con esa es con la que salen al mercado.
- En los años siguientes se va probando la molécula en otras enfermedades para las que teóricamente puede funcionar, y eventualmente se logra la aprobación en alguna otra patología.
- Conseguir una nueva aprobación requiere de que se realicen estudios clínicos de investigación muy largos y caros que en muchas ocasiones las casas farmacéuticas ya no cuentan con presupuesto para llevarlos a cabo.
- Muchas veces no se logra esa aprobación pero los médicos aprendemos a utilizar una molécula en base a la experiencia de varios colegas y personal, y a este se le llama uso “off label”.
- Siempre hay que buscar los datos de un psicofármaco en la IPP (información para prescribir), y yo personalmente les recomiendo siempre la página de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (que incluso viene con posibilidad de traducirse al español), que tiene la información fácilmente digerible, exacta y escueta sobre cada medicamento, además de que tiene bibliografías y links que nos llevan a información más profunda en cada tema, pero siempre con buen aval científico.
Para ejemplificar la participación de hoy les voy a comentar acerca de una molécula de uso en psiquiatría que se llama quetiapina. Se aprobó su comercialización a finales de los años 90´s para la esquizofrenia. En los años siguientes a menor dosis consiguió su aprobación para el manejo del trastorno bipolar. Cercano a los 10 años de experiencia de su uso por parte de los especialistas, se consiguieron dos nuevos usos recomendados: trastornos de ansiedad y potenciación de los tratamientos antidepresivos. Esto la convirtió en una sustancia que apliquemos en diferentes tipos de casos y que si el paciente no lee la información adecuada se puede confundir… así que a informarse bien o a preguntarle a su médico.