Mucho o poco, pero ayuda

Kris Durden

Kris DurdenEstoy rodeado de personas muy hermosas, y no me refiero a su apariencia física, sino a que en realidad hay una calidad humana sobresaliente en todos ellos; desde mi jefe, pasando por mis compañeros de trabajo, de la escuela, mis amigos de la infancia y mi novia (es más, hasta mi perro es chévere), pero la realidad es que no siempre fue así…
Durante muchos años me vi rodeado de personas que sólo pensaban en ellos mismos y cuando tenía suerte, a veces también pensaban en su familia. Entre las frases que más escuché durante aquella época fueron «De que lloren en mi casa a que lloren en la tuya, mejor en la tuya», «El que no tranza no avanza» o «¡Es México!». En ese mundo yo era un ser débil y que irremediablemente terminaría con el corazón roto por soñar con un mundo mejor en donde cada uno de nosotros hace la diferencia a su manera. Todos se juntarían para darme palmaditas en la espalda y me dirían «Te lo dije» y yo agacharía la cabeza y comenzaría a ser uno más de ellos, y saben qué… No dudo que así hubiera sido, de no ser porque soy una persona muy necia en las cosas en las que realmente creo.

La verdad es que persistí en mi ideal porque creía que había buenas personas allá afuera y que no estaba solo, y esto se debió en gran parte a que mientras crecí encontré un reducido grupo de amigos que realmente se regían por el valor de la amistad y no por el «mejor él que yo». Fuimos tres niños mirando pasar el tiempo y aunque los año s pasaron, el centro que nos mantenía unidos jamás cambió. Conocíamos lo difícil que era encontrar un igual y muchas veces confiamos en personas que terminaron por demostrarnos que no importa cuanta confianza deposites en una persona, esta puede no pagarte con la misma moneda.

Hoy me sigo topando con personas que carecen completamente de valores; que mienten, roban, calumnian, engañan y hasta traicionan al ser que más aprecian y todo, por que así les enseñaron que era el mundo y no conocen otra realidad. Yo eventualmente me fui dando cuenta de que todo depende de frecuencia en la que vibres. Si piensas mal de las personas te comenzarás a rodear de personas que piensan mal de ti, pero que si confías y brindas tu ayuda, muchas de las personas que ayudes el día de mañana también te ayudarán a ti. Poco a poco tu círculo de personas iguales a ti comenzará a crecer y eventualmente estarás en el centro de una comunidad tan fiel a sus valores como tú mismo.

Esta semana escuché una historia donde un par de amigos caminaban por la playa y de pronto se topaban con cientos de estrellas de mar fuera del agua. La cantidad era tal que se perdían en el horizonte. Evidentemente las estrellas van a morir ahogadas, pero uno de ellos se apresura, toma una estrella y la devuelve al mar, luego coge otra y la regresa, y luego coge otra y hace lo mismo. Su amigo se le queda mirando y le dice:
–¿Qué haces? –Pregunta con desdén.
–¿Qué no ves? –Le repite angustiado –¡Tratando de salvarlas!
–No vas a terminar nunca. Ya déjalo. No vas a hacer ninguna diferencia.
–Sé que no voy a terminar nunca, pero sí estoy haciendo una diferencia –Sostuvo una estrella de mar y se la mostró –Pero para esta estrella de mar esta acción sí hace toda la conferencia.

Ten el valor de imaginar un mundo diferente y no tengas miedo a que te digan soñador, no eres el único y no estás solo. Lo malo es malo soñar, lo malo es tener un sueño y no tener el valor para llevarlo a cabo.

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