Hace tiempo viva en un mundo oscuro, lleno de personas malas que sólo estaban esperando ver algún punto débil para poder destrozarme. Siempre he sido un tipo muy sensible y no era una buena calidad para ese mundo.
Trate de hacer lo que vi que todos hacen, guardar esa sensibilidad en un caparazón, sin embargo no encontré un caparazón que pudiera guardarla. Me fui volviendo un poco amargado, literal me dolía el mundo y lo que más me dolía era saber que no existía una solución.
Caí en una depresión clínica, no salía de mi casa y a duras penas me bañaba… no creía en la terapia y pensaba que debía tomar medicamentos. Afortunadamente el destino me hizo llegar con buenos terapeutas que sin medicamentos me ayudaron a salir de la depresión.
Lo más importante no fue salir de la depresión si no la mudanza. Es decir, me ayudaron a empacar todos mis traumas y prejuicios y llevarlos a un nuevo hogar, donde pude acomodarlos y darles un nuevo uso. En este nuevo departamento puedo ver que soy útil para el mundo y que hago de él un mejor lugar.
Viviendo en este departamento comencé a salir al mundo feo en el que vivía y para mi sorpresa , todo ese mundo feo había cambiado, ya no veía gente mala queriendo chingar. sólo veía gente asustada que se defendía de ataques que no existían.
En este nuevo mundo mi sensibilidad ya no era algo que tuviera que esconder, era una cualidad hermosa que me ayuda a conectarme con los demás, poder ser empático y disfrutar más la vida. Poco a poco me di cuenta que el mundo no había cambiado, era yo el que había cambiado su visión.
La parte más dolorosa de mi trabajo es ver como todos vivimos en ese mundo donde juzgamos y somos juzgados, no confiamos y nos sentimos solos.
Acabo de leer ¿Cuánto trabajamos en nuestro desarrollo emocional? De Kris Durden y me dio permiso de citarlo:
Me dolió que no me hubiera platicado antes estas cosas, porque quería acompañarlo en su dolor, pero también entendí que yo no había compartido con él mis momentos más difíciles, y eso se volvió un ciclo: Yo no comparto con nadie, nadie comparte conmigo.
Y así vamos todos quedándonos solos en medio de un mundo sobrepoblado, tengo personas a mi alrededor pero no me siento conectado con nadie.
Te invito a que te mudes a mi mundo, siendo totalmente honesto la mudanza no es fácil, toma tiempo y energía, pero ya que estás acomodado en tu nuevo departamento vale la pena. No solo la vista es mejor, el aire es más limpio y los vecinos más amigables. Una vez que estas totalmente acomodado la vida es más fácil, las cosas que antes te torturaban las ves distinto, puedes fluir más fácil en tu vida y disfrutar más tus emociones, estar contigo y convivir con tu seres queridos.
Me gustaría dejarte de tarea que te atrevas a comenzar a mirar el mundo con ojos distinto, puedes usar de ejemplo aquellos malentendidos que al solucionarlos te permiten ver que el mundo no es como lo dicta tu cabeza, quizá como en ese malentendido tengas muchos más en la vida, a lo mejor tus vecinos no son malos contigo simplemente la inercia de la vida los lleva y no los permite verte, seguramente tus papás hacen lo que creen que es mejor para ti y tus hijos solo quieren vivir su propia vida…