Este fin de semana en Evolución Terapéutica dimos el taller “empareja2” donde lo que hacemos es trabajar con tu idea de pareja; por lo tanto, había gente soltera y gente emparejada. Esta introducción, además de presumir lo chido del taller que facilitamos, es porque durante todo el fin de semana estuvimos trabajando diferente cosas, pero una que me conmovió mucho fue que todos los que estuvimos ahí presentes tenemos un tema con nuestro “brillo personal”.
Sí, me explico. Esta sensación que mucho tenemos, donde sentimos que si nosotros brillamos con toda nuestra luz y/o fuerza, vamos a opacar a los demás. Sentimos o creemos que para que el otro brille –en este caso nuestra pareja- nosotros necesitamos apagarnos un poquito o de plano, dejar de brillar para que el otro luzca o pueda mostrar su luz.
No sé ¿Alguna vez te ha pasado que sientes que si tu brillas, opacas a alguien más? Es decir, que si yo me muestro en todo mi esplendor, la gente o alguien en específico, se va a sentir mal o me va a dejar de querer.
Lo real es que –a muchos- nos cuesta trabajo. Tal vez nos da culpa y preferimos apagarnos antes que vivir la culpa o cualquier otra sensación que esto nos produzca.
¿Esto por qué es importante en la sexualidad? Porque cuando hablamos de “brillo personal”, hablamos de sentirnos valiosos, de tomarnos a nosotros mismos, de ser valientes y mostrarnos.
En la sexualidad esta es una de las características importantes que todos –idealmente- deberíamos desarrollar. ¿Por qué? ¡Fácil! Si me siento una persona valiosa, me puedo hacer cargo de quién soy y por lo tanto, de mis gustos, preferencias y necesidades en la cama.
Ejemplo. Mi pareja es bisexual y yo soy heterosexual. Tenemos un acuerdo de exclusividad sexual y nuestra relación es monógama en todo sentido, pero yo, me la paso todo el tiempo pensando en que mi pareja me va a poner el cuerno porque le falta algo que yo “no le puedo dar”, porque –según yo- no se siente completo, etc.
Además, cuando mi pareja habla de su bisexualidad, me pongo mal, le pido que no hable de eso enfrente de la gente, que no lo diga, porque me hace “quedar en ridículo”.
En general, una situación como la descrita aquí arriba, se soluciona fácil. La persona que se siente expuesta, insegura y demás con la bisexualidad de su pareja, necesita tomar su valía, apropiarse de su brillo personal. Esto, le va a permitir confiar en el otro y de menos, darle el beneficio de la duda a su pareja. Si está con ella y aceptó el acuerdo, es porque –seguramente- está bien para él también; porque quiere estar contigo y con nadie más y su preferencia no tiene nada que ver con esto.
Si nos apropiamos de nuestra luz, de nuestra valía personal…
- No necesitamos que el otro deje de brillar para que se opaque, igual que yo.
- No necesitamos nosotros dejar de brillar para que el otro no se sienta mal ni se opaque.
- En medida en que aprendemos a brillar y a hacernos cargo de nuestra luz, de hecho, podemos contagiarla e inspirar a la gente a nuestro alrededor a hacer lo mismo.
En resumen, esta semana, date chance de revisar ¿dónde andas? Cuando se trata de brillar, qué tanto trabajo me cuesta. Cuando se trata de que el otro brille, qué tan fácil me es permitir eso en mi espacio. Quédatelo de tarea y me platicas de qué te diste cuenta.
Te dejo la frase de Mahatma Gandhi, a propósito del brillo personal…
“No hay que apagar la luz del otro, para lograr que brille la nuestra”