La lista de síntomas molestos de pacientes durante la cuarentena cada vez es más larga. La queja primordial comenzó a ser el insomnio, después el desorden en consumo de carbohidratos, la irritabilidad, el aburrimiento; pero durante los últimos días los olvidos van ocupando el top de la lista.
Los olvidos son la expresión más notoria de los problemas cognitivos. Las funciones que abarca la cognición son, en términos generales: la atención, concentración, memoria de trabajo, memoria de largo plazo, análisis, síntesis, velocidad de procesamiento de datos, y la mejor expresión, la ejecución eficaz.
En el protocolo de estudio neuropsiquiátrico a esto se le conoce como queja subjetiva de memoria. Ya sea por expresión del paciente o por manifestación de sus acompañantes, se dan cuenta de un cambio sustancial en la cantidad de errores intelectuales que se producen en un tiempo específico.
Hay que ser claros, la causa de la mayoría de estas quejas subjetivas de memoria en menores de 65 años, es, con mucho, la presencia creciente y aguda de ansiedad. Ahora, durante la cuarentena, se ha generado la tormenta perfecta para producir problemas cognitivos. El encierro, lo prolongado, lo incierto de la situación, el riesgo latente de salud, la preocupación por los que queremos, la crisis financiera porvenir; y en fin, que el mundo ya no va a volver a ser el mismo en los siguientes años.
Estamos trabajando en casa, no es el sitio habitual para hacerlo, hemos improvisado áreas de labor, las compartimos con otros miembros de la familia, se vuelven borrosos los horarios dedicados a mis labores y a cooperar con la dinámica de la casa, existe una diversidad de reuniones en línea; y si encima, no hemos generado un formato de seguimiento de pendientes con priorización, es casi seguro que vamos a olvidar cosas importantes y a generar problemas secundarios a estos.
La receta para mejorar es lógica, pero no sencilla. Establecer rutinas para trabajar, cooperar y convivir en casa. Poner horarios para cumplir labores y para divertirnos. Dedicar una media hora todos los días por la mañana a definir que es lo urgente y que tenemos que hacer nosotros y ya, que es importante y podemos delegar, que hay que resolver en los siguientes días y podemos agendar, y finalmente, que es deseable de hacer, pero no es necesario dedicarle tiempo hoy. De este ejercicio se debe de desprender nuestra lista de pendientes para cada día. Les prometo que esto los hará mucho mas efectivos.
Claro sin mencionar, todos los demás mecanismos que puedan cooperar a bajar nuestros montos de ansiedad en esta cuarentena. Así que, a despreocuparnos por estar empezando con síntomas de Alzheimer y a tomar acciones para mejorar nuestra cognición.