Superar las marcas emocionales por perder uno o dos senos puede ser una labor titánica para las sobrevivientes al cáncer de mama.
Un gran número de mujeres temen haber perdido su feminidad por el simple hecho de que su pecho no luce como en el pasado. Las cicatrices se vuelven un nuevo enemigo al que no saben cómo derrotar.
Tras verse en esta situación, Molly Ortwein, una sobreviviente del cáncer de mama que tuvo que someterse a una mastectomía, decidió lanzar el moviendo P.ink Project. Esta iniciativa busca que las marcas que dejó la enfermedad se conviertan en verdaderas obras de arte.
A través de la tinta, los artistas del tatuaje pueden recrear la imagen del seno con una representación del pezón y la areola que se perdieron. Sin embargo, las sobrevivientes del cáncer de mama pueden elegir entre diversos diseños o para transformar las odiadas cicatrices y volver a amar su cuerpo.
En su portal de internet (p-ink.org) puedes conocer las historias de algunas beneficiarias del movimiento. Una de ellas es Pat, una mujer que aseguró que P.ink le había dado algo hermoso con lo que tendrá que vivir toda su vida y que puede presumir con orgullo.
Algunas otras beneficiarias afirmaron que gracias a sus tatuajes el espejo había vuelto a ser su amigo, o incluso que habían vuelto a ser ellas mismas antes de ser diagnosticadas.
Para formar parte de la familia P.ink es necesario llenar una forma a través de internet en la que deben aportarse datos de contacto y especificar el tipo de tatuaje que se desea (para cubrir una cicatriz, reemplazo del pezón o adornar la cicatriz). Adicionalmente pueden proporcionarse ideas para el diseño.
La organización también realiza maratones de tatuaje en diferentes ciudades. En ellos participan más de 45 artistas.
Aunque hasta ahora el movimiento sólo opera en Estados Unidos y Canadá, en nuestro país algunos tatuadores han comenzado a ofrecer su trabajo de forma altruista en redes sociales.
Aquí te dejamos un video que explica más a detalle el trabajo que hace esta asociación.