Justo en esta semana me enfrenté a varios casos de pacientes con respuestas completamente diferentes durante su evolución de los duelos. Les quiero comentar los ejemplos:
- Una paciente en la década de los 30´s, conocida por mí desde hace muchos años con trastorno bipolar, hace 3 meses comenzó con los trámites de divorcio. Hasta ahora todo había ido maravilloso: logró un regular convenio, se cambió de ciudad, consiguió un nuevo y promisorio trabajo y estaba teniendo buen cuidado personal y de su hijo. Pero desde hace un mes comenzó a dejar de dormir, se incrementó demasiado su actividad sexual y comenzó a beber, teniendo problemas ya en su trabajo y en el cuidado de su hijo. Todo esto finalmente llegó a un punto donde se tomó la decisión de hacer un internamiento corto para regular sus medicamentos y romper toda esta inercia patológica.
- Un paciente financiero de alrededor de 50 años, que venía con un perfecto control de un trastorno depresivo crónico que no ha sido el mismo después de los sismos. Es importante mencionar que no sufrió con estas tragedias más que la sobre exposición que tuvimos todos a la información sobre lo ocurrido, no tuvo pérdidas humanas ni materiales en sus conocidos cercanos. Desde entonces estaba hiperreactivo a las alertas sísmicas, durmiendo con su kit de supervivencia y sus documentos importantes. Pero en la última semana ya presentó dificultades para ir al trabajo, no quiso salir de casa, ni ver gente y comenzó a desarrollar ataques de pánico. Ya tuvimos que corregirle el tratamiento y va mejorando.
La moraleja de estos relatos es que cada persona es diferente para el procesamiento de sus duelos. Invariablemente tenemos una fase de afectación, que puede ser seguida por una infinidad de caminos. Hay quien da el salto y logra sobreponerse al evento negativo; hay quienes requieren más tiempo para sentirse mejor y lentamente llevar su senda de recuperación; y quienes desarrollan propiamente alguna enfermedad de la salud mental secundaria a estas situaciones (depresiones, trastornos de ansiedad, e incluso, patologías donde tu mente se despega de la realidad).
Dr. Edilberto Peña de León