Controlar la diabetes puede ser sencillo. Claro si estás en casa y tienes acceso a los alimentos correctos. Las cosas cambian radicalmente cuando tienes que salir a trabajar. Así que despídete de tu desayuno estelar: Los Tamales.
Mientras estás en la oficina no sólo tienes que buscar opciones saludables y prácticas para comer, sino que tienes que lidiar con los antojos. Tal vez este último punto es el más complicado, pues mientras tus compañeros desayunan tamales, tacos, tortas o chilaquiles, tú tienes que cuidar el contenido energético y en azúcares de lo que comes.
Tal vez te parezca exagerado el tener que evitar las delicias de la dieta godín y creas que comerte un tamal de vez en cuando no te hará daño. Lo cierto es que este alimento es una bomba de calorías.
Debido a la cantidad de glucosa y grasa que se emplea en su preparación, un tamal de 100 gramos contiene mínimo 850 calorías.
A esta cifra debes agregar las calorías correspondientes al relleno (pollo, cerdo, salsa, mole, piña, fresa, etcétera), lo cual equivale a aproximadamente 150 calorías.
Si decides comerte una guajolota, a tu delicioso tamal de mil calorías debes sumarle las 140 calorías del bolillo o telera. ¿Quieres más?
Supongamos que, esta mañana te compraste el guajolocombo completo y traes un vaso de atole. El contenido energético de esta bebida variará en función del sabor; sin embargo, en promedio 250 mililitros de atole contienen 180 calorías. ¿Ya hiciste la suma?
¡Efectivamente, en un sentón estás consumiendo mil 340 calorías! Si crees que no es mucho, recuerda que, en promedio, un adulto debe consumir sólo 2 mil calorías al día. Así que, si desayunas un guajolocombo, sólo te quedan 660 calorías por consumir.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) afirma que los tamales suelen prepararse con harinas refinadas que prácticamente no contienen fibra, por lo que todas las calorías terminan en el torrente sanguíneo en menos de media hora.
Esta situación provoca que la glucosa se eleve a niveles alarmantes, por lo que el páncreas tiene que producir insulina en exceso.
Además, al elevarse tan rápido la glucosa en la sangre, el metabolismo no tiene tiempo de convertirla en energía para los músculos y el hígado, así que termina acumulada como grasa hepática y por debajo de la piel.
Así que, la próxima vez que estés pensando desayunar tamales, será mejor que elijas una opción más saludable.