En esta semana no podía ser otro el tema de mi participación que la conmemoración, este 10 de octubre del Día Mundial de la Salud Mental. Este se instituyó desde el 2002 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para colocar en la mente de la sociedad los temas más importantes en cuanto a las enfermedades neuropsiquiátricas. Cada año se nomina un lema especial, en esta ocasión son Los Primeros Auxilios Psicológicos.
Así como para el resto de la medicina existen los servicios de urgencias para atendernos situaciones agudas que no pueden esperar a que mi médico de confianza me dé cita; así mismo la salud mental requiere de un protocolo estricto de atención para situaciones que la ponen en riesgo. Los ejemplos más claros de estos casos los constituyen los desastres naturales o las situaciones de guerra, donde existen miles de víctimas que sufren ataques severos a su estilo de vida que requieren de una respuesta adaptativa aguda y abrupta para poder sobrevivir. En la vida cotidiana del México actual contamos con ejemplos mucho más cercanos a nosotros. La inestabilidad política y económica que generan incertidumbre máxima sobre nuestro futuro y el clima de violencia y de inseguridad, representan agresiones constantes que ponen a prueba los mecanismos de que dispone mi aparato mental para salir adelante. También la vida nos pone pruebas como la muerte de seres queridos, la pérdida de un trabajo, el fracaso en una carrera académica o la ruptura de una relación de pareja, que claro que son experiencias que marcan nuestra existencia.
Por lo tanto, ¿En estos “nudos del desarrollo” estaría justificado echar mano de un experto en salud mental para que me haga una especie de “check up” neuropsiquiátrico y en me de algunas claves para recuperarme, o en su caso, me identifique oportunamente un diagnóstico más importante como una depresión o un trastorno de ansiedad, y atenderme rápidamente de forma adecuada?
Este es el punto de este año en el Día Mundial de la Salud Mental. Hagamos conciencia, las situaciones adversas pasan en la vida, y si estas afectan significativamente nuestra calidad de vida no hay razón para no buscar a un especialista y recibir la ayuda necesaria de primeros auxilios… y listo a otra cosa.