Ya estamos en fechas de posadas y los festejos, alcohol e invitaciones están a la orden del día, seguramente no te quieres perder la cena de fin de año en la oficina, las posadas, las reuniones familiares y demás reuniones sociales. Pero no todo es 100 por ciento positivo, con éstas celebraciones llega un peligro inminente, el consumo de alcohol y los riesgos de atraer la adicción. En la edad de la adolescencia los jóvenes tienen una enorme necesidad de ser aceptados, por esa razón son vulnerables y tienen riesgo de tomar malas decisiones.
El consumo de alcohol no es un problema sólo de adultos, muchos adolescentes pueden comenzar a hacerse adictos a la bebida, lo que agrava la situación es que los padres llegan a cometer el error de tomarlo a la ligera y piensan que sólo se trata de una experiencia del muchacho.
SABIDURÍA QUE AYUDA: De acuerdo con algunas investigaciones, de los 6 a los 11 años comienza en los niños la curiosidad por estas sustancias. Hay que dar información clara y sencilla cuando tus hijos tengan ésta edad. A partir de los 11 años existe riesgo de consumo, en esta edad debes hablar con tu hijo del tema de manera profunda.
Cuando alguien en la familia tiene problemas de alcohol, no sólo se afecta la salud y la vida social del paciente, sino también la vida de todos los miembros de la familia. Ayer te contamos que si en la familia hay una madre alcohólica todos en casa deben participar de la terapia, lo mismo ocurre con un adolescente, si comienza a tener problemas de alcohol el apoyo que tiene que recibir es por parte de cada miembro de la familia. Te damos algunas ideas de qué enseñarle a los hijos sobre el alcohol.
1.- Pon el ejemplo. Los padres y algunos otros miembros de la familia son modelos a seguir por el adolescente. Es probable que tu hijo comience a beber si ve a sus padres haciéndolo. Con el ejemplo puedes fomentar hábitos de vida saludable o hábitos dañinos, tú eliges.
2.- Infórmate. Para poder hablar con ellos de este tema, lo primero que debes hacer es documentarte con fuentes seguras. Háblales de los riesgos físicos, familiares, mentales, económicos y sociales. Procura que tus conversaciones sean con amor y respeto. Ofréceles a tus hijos alternativas para que aprovechen su tiempo libre en practicar algún deporte, curso o actividad artística.
3.- No dejes a tus hijos con la duda. Ya hablaste con ellos, pero de un momento a otro cuando menos te lo esperas, llega y te hace una pregunta que no puedes contestar. El peor error que podrías cometer es dejar a tus hijos con la duda y permitir que se documenten con otras fuentes, quizá inseguras. Puedes decirle que no sabes la respuesta, pero que puedes investigarla, apúntala en un papelito y haz la tarea, cuando estés listo siéntate a hablar con él.
4.- Dale a tu hijo información positiva. Háblale de las ventajas de no consumir alcohol, dile que una persona que no bebe tiene un cerebro más sano, tiene menos posibilidades de padecer cáncer y otras enfermedades, goza de mejor salud cardiovascular y gástrica, etc.
5.- Fomenta las actividades sanas. En ésta parte tienes que apoyar sus aficiones positivas, si le gusta el futbol y pertenece a un equipo procura asistir y apoyarlo en cada partido y juega con él. Aplaude sus conductas positivas y prohíbe los comportamientos negativos.
6.- Háblales de la presión de grupo. Fortalece su autoestima, porque un muchacho seguro resiste más a la invitación de los amigos a tomar alcohol. Promueve la filosofía de resistir la presión de grupo. Enséñale a no dejarse llevar por lo que digan los demás.
7.- Dales reglas. Los hijos deben de cumplir con ciertas reglas en casa, así que es mejor que establezcas límites de conducta claros en todos los aspectos de la convivencia. Dale horarios cuando salga con sus amigos y sé claro.
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