San Sebastián, mejor conocido entre la comunidad como el santo de la «jotería», pero, ¿de dónde surge y cómo se retomó de esa forma? Te contamos
Para esto debemos volver al año 200 después de Cristo, cuando las persecuciones a los cristianos seguían y existió un personaje llamado Sebastián, quien era un católico de clóset, quien solía ocultar su ideología. Además solía ayudar a los perseguidos.
Ante los porblemas por las eguerras y persecuciones, San sebastián decidió alistarse en el ejército romano, ya que así podría ayudar a los católicos de cerca.
Su desempeño era tan bueno que incluso se volvió uno de los soldados favoritos del emperador Maximino, lo cual le permitía a Sebastían seguir encubierto y ayudar a los soldados. Sin embargo, fue descubierto y el emperador le dió a escoger si era primero su fé o su vida, a lo que Sebastián decidió morir.
Su muerte fue muy dolorosa, ya que lo amarraron desnudo a un árbol y lo mataron con una lluvia de flechas. Siendo esta la imagen más representativa de él.
Cuando todos creían que estaba muerto, fue Santa Irene, quien se aceró al cuerpo y se percató de que estaba vivo, algo casi imposible. Por lo cual se lo lleva y lo cura.
Al estar completamente recuperado, San Sebastián decide ir con el emperador y éste queda impactado al verlo con vida. Por lo cual se molesta y lo condena a azotes, donde finalente muere San sebastián Martir.
Pero, ¿qué tiene que ver con la comunidad LGBT+? Bueno, resulta que para la edad media, se le representaba con el cuerpo desnudo, con una posición contorcionada y con las flechas atravesadas.
Su figura se hizo tan conocida que lo pintaron artistas como Rubens, Boticcelli, Tiziano y más. Pero los modelos para los retratos eran muchas veces los amantes de los pintores, por lo que el erotismo estaba más que evidente.
Así poco a poco Sebastían fue representación de la delicadeza, lo frágil, hermoso y sensual. Y con el paso del tiempo su imagen y las flechas que lo atravesaban, se hicieron parte de la comunidad LGBT.
Incluso fue fuente de inspiración para escritores como Oscar Wilde, y ha sido representado en diversas películas y es parte de la comunidad. Tal es el caso de la cinta «El Baile de los 41», donde se ve una pintura de este santo.
Actualmente muchos artistas y fotógrafos como LaChapelle o Pierre et Guilles, lo retoman por su contexto erotico, devastado por flechas retorcido en éxtasis: “Aquí están la muer
Ahora su figura es repesentada por diversos artistas y es un símbolo de la comunidad LGBT+.
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